El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, ha dicho que el bloqueo militar tiene previsto engrosar el número de sus tropas en Irak hasta los 4000 soldados, bajo pretexto de “frenar el resurgimiento del grupo terrorista Daesh” en el país árabe.
En medio de la noticia, el Ejército de Siria, con el apoyo de drones rusos, encuentra armas y municiones pertenecientes a la OTAN en un cuartel de los terroristas de Daesh en la provincia de Homs, en el centro-oeste del país árabe.
Aunque las evidencias revelan el apoyo de los países occidentales a Daesh en Siria e Irak, la Alianza Atlántica pretende intensificar su presencia en el suelo iraquí, a petición de Estados Unidos, reclamado combatir a la banda takfirí.
Aquí surgen algunas preguntas: ¿La Alianza Atlántica apoya a Daesh para atacar al Ejército sirio y sus aliados, pero lucha en Irak para eliminar a los terroristas? o ¿está tratando de impedir que se elimine el control territorial que ha alcanzado Daesh en Irak y Siria para justificar, de esta manera, su presencia en ambos países?
No se debe olvidar que, desde el estallido de una crisis en Irak en 2014, la presencia de la llamada coalición contra Daesh, liderada por EE.UU., no ha tenido resultado alguno, excepto la muerte de civiles iraquíes y el hundimiento del país en una crisis devastadora.
Además, hay que subrayar que Washington ayuda a los terroristas a perpetrar ataques en el país, con el fin de desestabilizarlo y justificar así la presencia militar “ilegal” de las tropas estadounidenses en el territorio iraquí.
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