El jueves, los indignados salieron a las calles en Tel Aviv y diferentes otras partes de los territorios ocupados palestinos para expresar su repudio a la muy mala gestión de la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, por el premier israelí, Benjamín Netanyahu.
Los manifestantes condenaban asimismo el hecho de que un criminal corrupto, que está enjuiciado por múltiples cargos de corrupción, fraude, abuso de confianza y aceptación de sobornos, esté en el poder en Israel.
“Netanyahu es un virus. Las protestas son su vacuna”, repudiaban los manifestantes, según recogieron medios locales.
Desde hace varios meses, los israelíes realizan marchas en Tel Aviv, la ocupada Al-Quds (Jerusalén) y otros puntos de los territorios ocupados para denunciar la corrupción, el desempleo y la mala gestión de la pandemia por parte de las autoridades del régimen, en particular, apuntan a Netanyahu y piden su renuncia.
mnz/ktg/krd/hnb