Estudios llevados a cabo por instituciones de investigación israelíes y, también, el resultado de una encuesta realizada entre su población revelan que el 63 por ciento de los participantes opina que este nuevo gabinete no es confiable, informó el viernes la agencia de noticias Qudsana, citando al Jerusalem Post.
Las encuestas, también, indican que el 51 por ciento de los israelíes opina que el período del nuevo gabinete durará menos de dos años y el 16 por ciento cree que en menos de un año terminará.
Sólo un 18 por ciento de los encuestados está de acuerdo con que el gabinete de Netanyahu continúe su trabajo hasta noviembre de 2019, fecha en que culmina su mandato.
Además, en otras investigaciones, los israelíes han instado a que se intensifique la represión contra los palestinos, por parte del régimen de Tel Aviv, por el miedo que les ha causado el aumento de las operaciones del pueblo palestino.
A principios de diciembre de 2014, el parlamento israelí aprobó por unanimidad su disolución y la convocatoria de elecciones anticipadas, dado que las profundas divergencias entre los partidos que formaban el gabinete impedían que Netanyahu pudiera continuar dirigiendo, según lamentó él mismo.
El 17 de marzo, el Likud, el partido del premier, ganó las elecciones legislativas, según los resultados correspondientes al 100 por ciento del recuento.

Tras esta victoria, el líder del Partido Laborista y cabeza de la coalición de centro-izquierda Unión Sionista, Issac Herzog, aseguró que las mentiras de Netanyahu condujeron a la victoria del Likud.
El 14 de mayo, el Netanyahu logró aprobar su nuevo gabinete por 61 votos a favor y 59 en contra, tras casi dos meses de duras negociaciones desde la celebración de los comicios.
Netanyahu cambió la ley básica del régimen israelí para ampliar el número de ministros a veinte carteras y así satisfacer las demandas de sus socios de coalición.
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