Según anunció el domingo el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, las autoridades israelíes están realizando “esfuerzos” de todo tipo para impedir que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) apruebe una nueva resolución similar a la que ya condenó sus colonias ilegales.
"Estamos a solo unos días de la conferencia en París (15 de enero), y pocos días después (será) el debate en el CSNU. Estamos haciendo grandes esfuerzos para prevenir una nueva decisión" de ese organismo al respecto, reza un comunicado de la oficina del premier israelí.
Estamos a solo unos días de la conferencia en París (15 de enero), y pocos días después (será) el debate en el CSNU. Estamos haciendo grandes esfuerzos para prevenir una nueva decisión" de ese organismo al respecto, reza un comunicado de la oficina del premier israelí.
Al parecer Netanyahu teme que la próxima conferencia de paz sobre Palestina, que se celebrará el próximo 15 de enero en París, devenga en una nueva condena internacional de sus asentamientos y su aliado estadounidense Donald Trump, presidente electo de EE.UU., finalmente opte por presionar a Israel a favor de la solución de dos Estados propuesta por la Administración de Barack Obama.
En otra parte de sus declaraciones, el premier del régimen israelí alabó al Congreso de EE.UU., de mayoría republicana, que, de hecho, rechazó el pasado jueves la reciente votación antisraelí de la ONU, y después anunció que colaboraría con ese centro legislativo para bloquear el plan del Ejecutivo de Obama.
"También les digo que vamos a actuar en concordancia a la decisión del Congreso tanto para la derogación como para la modificación, de tal manera que no dañe a Israel", confirmó el primer ministro israelí durante una reunión con los miembros de su gabinete.
El pasado 23 de diciembre el CSNU aprobó una resolución que exige el fin de la construcción de asentamientos israelíes en los territorios ocupados palestinos de Cisjordania, después de que Estados Unidos no ejerciera su derecho a veto tal como lo hizo en 2011.
Enojado por esta decisión, Israel tomó medidas de represalia tanto contra las instituciones de la ONU como contra sus representantes en todo el mundo. El pasado viernes Tel Aviv anunció que suspendería unos 6 millones de dólares de sus cuotas anuales a las Naciones Unidas para el año 2017.
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