El Ejército saudí y las unidades del fugitivo expresidente yemení Abdu Rabu Mansur Hadi han comenzado esta semana una nueva ronda de ataques a gran escala contra varias áreas controladas por las fuerzas populares yemeníes, en particular en la región de Al-Bayda, a unos 270 kilómetros al sureste de la capital, Saná.
Los ataques se llevan a cabo en el marco de la campaña militar iniciada en 2015 por Riad, junto con varias otras naciones árabes, contra Yemen con el objetivo de restaurar en el poder a Mansur Hadi y hacer retroceder los avances de Ansarolá, que goza del apoyo del pueblo yemení.
Si bien el ataque fue intenso y tuvo una superioridad aérea, las fuerzas saudíes y sus aliados no pudieron romper las líneas defensivas de los combatientes de Ansarolá después de varias horas de enfrentamientos registrados el lunes.
Según Ansarolá, sus tropas lograron destruir al menos tres vehículos blindados y matar a más de 10 combatientes enemigos en Al-Bayda.
Otras zonas de Yemen también fueron el lunes escenario de enfrentamientos entre las partes. Al menos cuatro milicianos yemeníes leales a Mansur Hadi fueron asesinados por francotiradores de Ansarolá en la región de Al-Zobab, en la provincia suroccidental de Taiz.
Desde el inicio de la agresión saudí, más de 11 000 yemeníes han sido asesinados por los bombardeos, en su mayoría civiles, de acuerdo con el Ministerio de Salud yemení.
Asimismo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indica en su informe que un récord de 22,2 millones de yemeníes necesita ayuda alimentaria, incluidos 8,4 millones amenazados por el hambre extrema.
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