Para la directora del HRW para Oriente Próximo y Norte de África, Sarah Leah Whitson, no es nada oculto el gran apoyo que brindan Washington y Londres a la campaña militar saudí en Yemen, siendo esos dos los principales proveedores de armas y municiones a la monarquía saudí.
Whitson ha recordado que "Arabia Saudí es ahora el mayor comprador mundial de armas. La brutal realidad es que algunas de estas bombas han caído sobre hombres, mujeres y niños inocentes en Yemen", ha informado este viernes la cadena de televisión iraní PressTV.
Arabia Saudí es ahora el mayor comprador mundial de armas. La brutal realidad es que algunas de estas bombas han caído sobre hombres, mujeres y niños inocentes en Yemen", declara la directora de HRW para Oriente Próximo y Norte de África, Sarah Leah Whitson.
"Lo que se desconoce es la naturaleza exacta del papel militar de EE.UU. y el Reino Unido en la campaña de Arabia Saudí. El Departamento de Defensa de EE.UU. ha declarado vagamente que está proporcionando 'asistencia focalizada', lo que, según la ley, significa que es responsable de las agresiones ilegales en las que participa", declaró Whitson.
El Reino Unido, agregó, dice que está proporcionando entrenamiento militar a los participantes en la campaña militar liderada por Riad en Yemen, “en conformidad con las leyes de la guerra”.
No obstante, se preguntó qué hacen exactamente en Yemen esas personas. Si ellos también ofrecen ayudas focalizadas, esto significaría que “son parte en el conflicto”.
Por otra parte, la activista denunció el rechazo por Washington y Londres de los llamados de grupos de derechos humanos que reclaman que impongan un embargo de armas a Arabia Saudí.
Asimismo, repudió el bloqueo saudí (con apoyo de EE.UU. y Gran Bretaña) en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones a una iniciativa que buscaba investigar los crímenes de guerra cometidos en la agresión de Riad a Yemen.
Para Whitson, resulta innegable que Riad está violando las leyes de la guerra en Yemen mediante ataques sin ningún objetivo militar aparente y el uso de armas prohibidas como bombas de racimo.
El conflicto de Yemen ha cumplido ya su primer aniversario. Arabia Saudí lanzó su ofensiva el 26 de marzo de 2015, prescindiendo del permiso de las Naciones Unidas, en un intento por eliminar al movimiento popular yemení Ansarolá y restaurar en el poder al expresidente fugitivo, Abdu Rabu Mansur Hadi, un estrecho aliado de Riad.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) informó el martes de que un año de guerra de Arabia Saudí en Yemen ha dejado 934 niños yemeníes muertos y 1356 heridos, con un promedio de seis niños muertos todos los días.
Uno de los países que más ha apoyado a Riad en su aventura militar en Yemen ha sido el Reino Unido, que, según los indicios, ha vendido grandes cantidades de bombas y ha autorizado además ventas de armas a Arabia Saudí por valor de más de 8000 millones de dólares.
El pasado mes de diciembre, Amnistía Internacional (AI) afirmó que el Gobierno del Reino Unido incumple las leyes internacionales al vender armas a Arabia Saudí para bombardear a civiles en Yemen.
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