A la ceremonia, que se celebra en la ciudad de Ascoli Picheno, ha asistido el presidente italiano, Serio Mattarella; el primer ministro, Matteo Renzi, así como familiares y amigos de las víctimas de Arcuata del Tronto, una de las aldeas devastadas. Cabe mencionar que algunas familias prefirieron enterrar a sus fallecidos en ceremonias privadas.
35 ataúdes fueron colocados sobre el piso, en el estadio deportivo de Ascoli Picheno. Se trata de la primera ceremonia funeraria de Estado. También está prevista otra para el miércoles, con el fin de honrar a las víctimas de Accumoli y Amatriche, los otros pueblos arrasados por el terremoto.
Roma decretó día de luto nacional. Las banderas italianas han sido izadas a media asta, tanto dentro como fuera del país, en memoria de las víctimas.
Según las cifras de Protección Civil, cerca de 2500 personas han quedado sin techo y se encuentran en las 42 tiendas de campaña instaladas. Tras la tragedia, el Gobierno reconoció la falta de una política apropiada para evitar pérdidas humanas por los terremotos. Más de 24 millones de italianos viven en zonas de riesgo sísmico.
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