En la ceremonia inaugural de la Asamblea Internacional de los Pueblos, en Caracas (capital venezolana), el número dos del Gobierno de Nicolás Maduro denunció que las acciones agresivas de Washington forman parte de un plan trazado desde el ascenso al poder del proceso revolucionario.
“Lo que hoy vivimos no se generó de forma espontánea, se ha venido trabajando, cocinando”, aseveró Rodríguez en referencia al apoyo de Washington a los intentos golpistas contra Maduro, liderados por el opositor venezolano, Juan Guaidó, que se autoproclamó el 23 de enero “presidente encargado” del país suramericano.
Rodríguez también recordó que, en 2015, el entonces presidente estadounidense Barack Obama emitió un decreto que calificó a Venezuela de una amenaza para la seguridad nacional y política exterior de Estados Unidos. “Ya en aquel tiempo sabíamos el peligro que eso conllevaba (…) el germen de una intervención armada contra Venezuela”, precisó la vicepresidenta.
En esta línea, agregó que un exfuncionario del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés), en un libro recién publicado, dice haber estado presente en una reunión secreta en la cual el mandatario de EE.UU., Donald Trump, manifestó sus intenciones de lanzar una guerra contra Venezuela por sus grandes reservas petroleras y posición geográfica.
Lo que hoy vivimos (en Venezuela) no se generó de forma espontánea, se ha venido trabajando, cocinando”, afirma la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, apuntando a las medidas de EE.UU. contra la Revolución Bolivariana.
Resaltó que ante cualquier intento de “poner un dedo sobre Venezuela, los pueblo del mundo gritarían: ¡fuera el imperialismo yankee de Venezuela!” y ratificó su llamado a la comunidad internacional a denunciar la política belicista e injerencista de la Administración de Trump contra otros países.
Entre las recientes medidas de EE.UU. contra Venezuela figuran el aumento de las sanciones, el reconocimiento a Guaidó y el envío de ayuda humanitaria a las fronteras de Colombia para hacerla ingresar a Venezuela, pese al rechazo de Caracas por considerar que esconde una intervención militar en el marco del golpe de Estado en desarrollo que enfrena Maduro.
La Asamblea Internacional de los Pueblos se extenderá hasta el 27 de febrero como un espacio para el debate de temas relacionados con la soberanía popular, derechos humanos, luchas sociales, entre otros, con la participación de más de 400 representantes de movimientos y organizaciones políticas de más de 80 países.
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