En la reunión, la embajadora estadounidense ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Nikki Haley, aseguró que “la situación en Venezuela es más que una tragedia humana” y “plantea una amenaza directa a la paz y la seguridad internacional”.
Al contrario, el embajador de Rusia ante la ONU, Vassily Nebenzia, quien no asistió al encuentro, declaró a los periodistas que “No creemos que el Consejo de Seguridad deba involucrarse en este tema en este momento, de ninguna manera”.
Venezuela denunció, por su lado, “un acto hostil de Estados Unidos” que es “a todas luces un acto injerencista”, según su embajador ante el organismo, Rafael Ramírez.
El diplomático venezolano, añadió que el país bolivariano no representa una amenaza a la seguridad y resolverá sus problemas internos sin “tutelaje” de nadie y en paz.
La embajadora estadounidense dijo que fue presionada por países latinoamericanos para no celebrar la reunión y no ocultó su decepción por la decisión de varios países, entre ellos Rusia, China, Bolivia y Egipto, que “cedieron a la presión venezolana” y no acudieron al encuentro.
Países clave estuvieron ausentes en esta reunión convocada por EEUU para tratar asuntos internos de Venezuela #VenezuelaVenceElCerco pic.twitter.com/tjmQlfJ2le
— Rafael Ramirez (@RRamirezVE) November 13, 2017
Para el embajador boliviano Sacha Llorenti, “lo que Estados Unidos está tratando de hacer es meter por la chimenea aquello que no ha podido meter por la puerta de frente” por dos razones: sus ánimos de injerencia y porque Venezuela es el país que tiene más reservas de petróleo en el mundo.
Estados Unidos ya había pedido al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) que se centre en Venezuela tras una reunión a puertas cerradas sobre la crisis en mayo pasado
Hasta ahora, dicho Consejo sostiene que las organizaciones regionales son las más indicadas para intentar resolver el tema.
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