La XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático (COP25) ha aprobado, finalmente este domingo, un acuerdo que recoge los tres temas para los que Chile pidió ayuda a España, que incluyen la ambición climática, los mecanismos de pérdidas y daños, y la financiación.
Sin embargo, las delegaciones mundiales que han estado participando en la Cumbre del Clima de Madrid, durante casi dos semanas, demuestran con este consenso un nuevo fracaso del multilateralismo, al no conseguir uno de los grandes objetivos de la cita, la creación de un mercado de carbono internacional.
El documento final ‘Chile-Madrid Tiempo para la Acción’ pide a las partes aumentar su ambición climática en materia de reducción de emisiones en el año 2020, de acuerdo con la recomendación científica de limitar el crecimiento de la temperatura global a 1,5 ºC, con el objetivo de luchar contra la “emergencia climática”. Por lo tanto, los Estados deberán presentar a lo largo del próximo año sus nuevos compromisos nacionales de reducción de emisiones.
El texto expresa la “urgente necesidad” de aumentar la ambición de los compromisos nacionales de reducción de emisiones para luchar contra el cambio climático en 2020, de acuerdo con el calendario que en 2015 fijó el Acuerdo de París, y expresa que esos nuevos compromisos deben superar la actual brecha que existe con los actuales, con los que la temperatura global podría superar los 3 ºC de incremento.
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