“Nuestra mayor preocupación es la posibilidad de que el virus se propague a países con sistemas de salud más débiles (...) Esto no es un voto de confianza en China”, ha dicho el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, en una conferencia de prensa en Ginebra (Suiza).
Sin embargo, las autoridades de esa agencia dependiente de las Naciones Unidas han indicado que no existen motivos para limitar los viajes ni el comercio con China.
La decisión se produce después de que la cifra de muertos haya alcanzado los 170. Hay más de 8000 afectados en una veintena de países, con el 99 % de los casos diagnosticados en China.
Es la sexta ocasión en que la OMS declara este tipo de emergencia global, tras las que activó ante el brote de gripe H1N1 (2009), los del ébola en África Occidental (2014) y en la República Democrática del Congo (2019), el de polio en 2014 y el del virus zika en 2016.
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