“Esta semana, se completó el trabajo de dotación de personal y construcción de dos líneas de defensa reforzadas en la región de Kursk. Estamos listos para repeler cualquier invasión a nuestro territorio”, ha informado este domingo Román Starovoit, gobernador de Kursk, fronteriza con la provincia ucraniana de Sumy (noroeste).
Mediante una publicación emitida en su canal de Telegram, Starovoit ha explicado que el trabajo se llevó a cabo con el Ministerio de Defensa de Rusia y la dirección regional del Servicio Fronterizo de Kursk.
Además, ha publicado fotografías de excavaciones de trincheras, agregando que una tercera línea estará lista el próximo 5 de noviembre.
El gobernador de Bélgorod, Vyacheslav Gladkov, a su vez, dijo el sábado en la misma red social que han comenzado a instalar estructuras de protección en la zona, publicando imágenes de bloques de hormigón en forma de pirámide, con estructuras de protección antitanques similares a los “dientes de dragón”, para impedir el movimiento de vehículos blindados.
Es más, el grupo paramilitar ruso Wagner ha iniciado la construcción de líneas fortificadas de defensa en la provincia de Lugansk (este de Ucrania, anexionada a Rusia a finales de septiembre), con excavaciones y dientes de dragón.
El fundador de la empresa privada Wagner, Yevgeny Prigozhin, indicó el miércoles que se está construyendo un complejo de fortificaciones en la línea de contacto, llamada “línea Wagner”.
También, difundió mapas que muestran la instalación de bloques de cemento antitanques y sistemas de trincheras en lo que se cree es el sureste de la ciudad ucraniana de Kreminna.
La construcción de las líneas de defensa por parte de Rusia se lleva a cabo, mientras el país dice que la situación en Ucrania tiene una tendencia constante hacia una mayor escalada incontrolada.
De hecho, Moscú alerta que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) está a punto de involucrarse decididamente en el conflicto militar en curso. Además, el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigu, ha expresado su preocupación por posibles provocaciones de Ucrania con el uso de una “bomba sucia”.
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