“La Federación Rusa y sus Fuerzas Armadas continúan sus acciones de apoyo a la operación antiterrorista para liberar el país (Siria) que realizan las Fuerzas Armadas sirias”, ha indicado este miércoles el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, al referirse al ataque químico perpetrado el martes en la provincia de Idlib (oeste de Siria).
Peskov, asimismo, ha asegurado que Moscú está “decidida firmemente” a continuar sus esfuerzos para combatir el terrorismo, pese al escaso compromiso internacional en la lucha contra este flagelo.
La Federación Rusa y sus Fuerzas Armadas continúan sus acciones de apoyo a la operación antiterrorista para liberar el país (Siria) que realizan las Fuerzas Armadas sirias”, ha indicado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El funcionario del Kremlin ha añadido que Moscú no tiene la culpa si sigue activo el terrorismo. Esto, según Peskov, se debe a la "falta de coordinación y cooperación internacional".
Más temprano, el Ministerio ruso de Defensa ha explicado que la aviación siria bombardeó un “almacén” de terroristas donde había “sustancias tóxicas” y, al explotar el recinto, estas se habrían diseminado en la zona de la localidad de Jan Sheijun, en Idlib. No obstante, no precisa si la aviación siria tenía conocimiento del contenido del depósito.
Cabe recordar que el Ejército sirio no posee armas químicas y nunca ha recurrido a emplearlas, ni siquiera en las violentas batallas que ha librado contra los grupos terroristas.
La portavoz de la Cancillería rusa, Maria Zajarova, por su parte, ha enfatizado que Moscú insta a sus socios internacionales a apoyar las iniciativas de Rusia para crear un frente común de lucha contra el terrorismo.
“Reiteramos nuestro llamamiento a formar un frente unido contra los terroristas y a apoyar las iniciativas de Rusia en la lucha antiterrorista”, ha indicado la diplomática rusa, citada este miércoles por la agencia local de noticias Sputnik.
Desde septiembre de 2015 Rusia se incorporó, a petición de Damasco, a la lucha antiterrorista en Siria. La base aérea de Hmeymim y la base naval de Tartus, ambas en territorio sirio, se han convertido en el punto de partida para las excursiones aéreas rusas así como el envío de ayudas humanitarias al pueblo sirio.
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