Primeros ministros y titulares de Exteriores de Alemania, Austria, Albania, Bosnia, Kosovo, Macedonia, Montenegro y Serbia se reúnen para atajar el mayor problema humanitario de Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Se trata de una crisis de refugiados sin precedentes que huyen de Siria, Afganistán e Irak, principalmente, pero que no encuentran una Europa preparada para acogerles.
Después de llegar por Turquía o Grecia y pasar a Macedonia, la ruta habitual transita por Serbia, cruza a Hungría, y de ahí pasa a Austria, República Checa o Alemania.
La ruta que pasa por los países del sureste de Europa, la zona de los Balcanes, es el camino que emprenden miles de personas para intentar buscar seguridad en una Europa que se ve desbordada por la masiva llegada de personas.
La solución “solidaria” europea que invocan Austria y Alemania sabe a poco para los serbios y macedonios, primeras paradas en el camino hacia el norte de Europa de miles de refugiados cada día, la oferta de un millón de euros de la Comisión Europea (CE) para atajar el problema parece insuficiente.
Mientras esta cumbre se celebra en el Palacio Imperial de Viena, a pocos kilómetros de allá la Policía austríaca ha encontrado un camión frigorífico con 50 personas asfixiadas, sin duda inmigrantes transportados en secreto hacia el norte, un episodio más en el cotidiano goteo de muertes de la ruta de los Balcanes.
Raquel González, Viena.
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