El día 3 de julio de 1988 un avión civil iraní (Airbus A-300) partió del aeropuerto de Bandar Abás, en el sur de Irán, a las 10 de la mañana con 47 minutos.
El destino fue Dubái. 8 minutos después, a las 10 con 54, la aeronave desapareció de los radares. Una gran bola de fuego y nubes de humo se alzaron sobre el Golfo Pérsico.
El crucero lanzamisiles USS Vincennes de Estados Unidos derribó el avión comercial iraní matando a 290 pasajeros, entre ellos la tripulación y 66 niños.
Tras el incidente Irán acudió a las entidades internacionales para pedir justicia. Han pasado 27 años desde aquella tragedia que enlutó al país. Pero el Gobierno de EE.UU. todavía no ha admitido su responsabilidad por el ataque, ni ha ofrecido oficialmente disculpas a los familiares de las víctimas.
Asa Esfandiari, Teherán.
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