Representan cerca de un 24 % de la población francesa. Son 16 millones de pensionistas que han querido mostrar su cólera contra las medidas gubernamentales que amputan un poco más su ya maltrecho poder adquisitivo y que han visto como Emmanuel Macron les ha aumentado los impuestos en un 25 %.
4500 millones de euros suplementarios saldrán de los bolsillos de los jubilados, cantidad que coincide con la reducción de cargas que el Ejecutivo aprobó en favor de las empresas.
Pensionistas en Francia deben hacer sacrificios, renunciar a cuidados médicos, a la compra de algunos productos de alimentación, a la calefacción o a actividades de ocio y ello para pagar el alquiler a final de mes. Además, en muchos casos viven bajo el umbral de la pobreza.
El Gobierno justifica las medidas tomadas por la necesidad de hacer un esfuerzo en favor de las nuevas generaciones olvidando que los pensionistas han contribuido a la solidaridad nacional a lo largo de toda su carrera laboral. Hoy, estos indignados se congelan, los impuestos suben y la popularidad de Emmanuel Macron baja 10 puntos entre los franceses de más de 50 años.
En 2050, las previsiones dicen que habrá en Francia unos 22 millones de jubilados, aproximadamente un 33 % de la población activa. Los trabajadores de hoy, que son los pensionistas de mañana, también temen, como estos manifestantes, que el Gobierno no sea capaz de garantizar su jubilación.
Juan José Dorado, París.
xsh/rba
