En su intervención en la 38.ª sesión especial del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDHNU) sobre la situación de los derechos humanos en El Fasher, el representante permanente de Irán ante la Oficina de la ONU en Ginebra, Ali Bareiní, ha expresado este viernes su profunda preocupación por el deterioro de los derechos humanos y las crisis humanitarias en dicha ciudad y sus alrededores.
“La grave hambruna, el desplazamiento generalizado y el sufrimiento de los civiles han creado una de las crisis humanitarias más graves del mundo, que requiere la atención urgente de la comunidad internacional”, ha enfatizado.
Criticando el continuo silencio y la falta de una acción internacional decisiva que ha exacerbado la crisis, el diplomático iraní ha precisado que nuestra preocupación particular es la continua transferencia de armas que ayudan a cometer estos crímenes. “Las intervenciones extranjeras, incluido el suministro de armas y el reclutamiento de mercenarios, avivan las llamas de la guerra y la escalada de la crisis humanitaria”, ha alertado al respecto.
El embajador iraní ha hecho hincapié en la necesidad de respetar la integridad territorial de Sudán, afirmando que Irán rechaza enérgicamente cualquier intento de imponer una situación de doble gobierno o debilitar al gobierno legítimo de Sudán, y exhorta a todos los países a que tomen medidas decisivas, protejan a los civiles y apoyen la paz duradera y la integridad territorial de Sudán.
La ONU ordena investigar asesinatos en El-Fasher
Durante la sesión de este viernes, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU ordenó a una misión internacional independiente investigar de manera urgente los asesinatos y otras graves violaciones del derecho internacional cometidas en El-Fasher, con el fin de identificar a los responsables y llevarlos ante la justicia.
Desde abril de 2023, las ‘Fuerzas de Apoyo Rápido’ (RSF, por sus siglas en inglés), comandadas por el general Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como Hemedti, han mantenido un conflicto brutal con las fuerzas armadas sudanesas. Desde entonces, los combates han devastado ciudades en todo el país, desplazando a millones de personas y dejando regiones enteras en ruinas.
Tras la caída de El Fasher el 26 de octubre, último bastión del ejército en Darfur del Norte, las RSF y milicias aliadas han llevado a cabo masacres y secuestros contra la población civil.
El conflicto ya ha dejado alrededor de 20 000 muertos y 15 millones de desplazados, constituyendo una de las mayores crisis de desplazamiento en el mundo actual.
Agencias humanitarias advierten que estos eventos podrían convertirse en uno de los episodios más letales de la guerra civil sudanesa, aumentando el riesgo de una catástrofe humanitaria de proporciones mayores en un país al borde de la hambruna.
Pero el desastre en Sudán descubre nuevas dimensiones cada día; es una combinación de la codicia de poderes extranjeros y disputas internas que se han formado con la instigación y apoyo de Occidente.
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