El vicecanciller iraní para Asuntos Políticos, Mayid Tajt Ravanchi, confirmó el jueves que la República Islámica continuará enriqueciendo uranio de acuerdo con sus necesidades nacionales, lo que indica que Teherán se mantiene firme en su programa nuclear pacífico a pesar de los ataques estadounidenses e israelíes contra sus instalaciones nucleares.
“Irán no planea más respuestas a Estados Unidos tras los ataques a su programa nuclear, a menos que Washington adopte medidas más agresivas”, afirmó Tajt Ravanchi.
Enfatizó que Irán sigue abierto al diálogo, pero condicionó las futuras negociaciones a garantías creíbles de Estados Unidos.
Según el vicecanciller iraní, “Estados Unidos debe convencernos de que no recurrirá a la fuerza militar durante las negociaciones. Este es un requisito fundamental para que nuestros líderes decidan sobre la próxima ronda de conversaciones”.
Al cuestionar la fiabilidad de Washington, el diplomático iraní preguntó: “¿Cómo podemos confiar en los estadounidenses?”. Reiteró la opinión de Teherán de que Estados Unidos había engañado a Irán y causado graves daños a su pueblo con sus acciones catastróficas.
Mientras tanto, el destacado legislador iraní y miembro de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento iraní, Alaedin Boruyerdi, se hizo eco de la postura del gobierno, afirmando que Irán “continuará con el enriquecimiento a cualquier nivel que requieran los intereses nacionales”.
En un desarrollo relacionado, el director de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Rafael Grossi, reconoció el continuo progreso nuclear de Irán, resaltando que “el conocimiento nuclear de Irán no se puede borrar y sus capacidades no se pueden deshacer”.
El 25 de junio, el Parlamento iraní aprobó un proyecto de ley para suspender la cooperación con la Agencia Internacional de Energía Atómica pocos días después de los ataques a sus instalaciones nucleares.
Según la resolución del Parlamento, a los inspectores de la AIEA no se les permitirá entrar en Irán a menos que se garantice la seguridad de las instalaciones nucleares del país y la de las actividades nucleares pacíficas.
El 13 de junio, Israel lanzó una flagrante agresión no provocada contra Irán. Más de una semana después, Estados Unidos se sumó al conflicto, bombardeando tres instalaciones nucleares iraníes, en un supuesto intento de impedir el desarrollo del programa nuclear pacífico iraní.
En respuesta, las Fuerzas Armadas iraníes atacaron sitios estratégicos en los territorios ocupados en el marco de la operación sin precedentes ‘Verdadera Promesa III’, así como la base aérea de Al-Udeid en Catar, la mayor base militar estadounidense en Asia Occidental.
El 24 de junio, Irán, mediante sus exitosas operaciones de represalia contra el régimen israelí y Estados Unidos, logró detener el asalto ilegal, imponiendo un alto el fuego a los agresores.
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