Steve Witkoff, enviado del presidente estadounidense para Asia Occidental y también negociador de EE.UU., ha declarado este domingo que Donald Trump había enviado misivas al Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, para abordar el programa nuclear del país persa “diplomáticamente”, pero establece una “línea roja” de no aceptar “ni el 1 % de enriquecimiento de uranio”.
Según Wittkof, Washington ha propuesto a Teherán una solución “sin humillaciones”, pero insiste en que cualquier acuerdo debe excluir toda actividad de enriquecimiento, ya que “conduce a armas nucleares”. Confía en que las negociaciones en Europa alcancen resultados, aunque reitera la postura inflexible de EE.UU.
Refiriéndose a las declaraciones del enviado estadounidense sobre los diálogos indirectos, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Seyed Abás Araqchi, las ha calificado de “ajenas a la realidad de las negociaciones” y ha recalcado que el programa de enriquecimiento pacífico “continuará en Irán” y las “exigencias irrealistas no llevarán a ningún resultado”.
“Irán está dispuesto a ofrecer las garantías necesarias sobre la no producción de armas nucleares, pero aceptar demandas irrealistas no contribuirá al avance de las negociaciones (…) Si presentan demandas irrealistas, no lo permitiremos bajo ningún concepto”, ha señalado.
Estas declaraciones se producen mientras Irán y Estados Unidos se preparan para llevar a cabo el quinto ciclo de las negociaciones.
Ambas partes habían descrito las cuartas rondas anteriores de los diálogos como “constructivas”, pero funcionarios estadounidenses de alto rango han continuado emitiendo una retórica hostil hacia la República Islámica, en medio de las presiones de Israel que, ha rechazado categóricamente cualquier acuerdo nuclear con Irán, y pedido atacar las instalaciones nucleares iraníes para supuestamente impedir que el país desarrolle armas atómicas.
La semana pasada, el canciller iraní puso de relieve en Doha, capital de Catar, que, si el objetivo de estos diálogos es alcanzar un acuerdo para garantizar que “Irán no adquirirá armas nucleares”, tal pacto está totalmente a nuestro alcance, pero, si su propósito es privar a Irán de sus derechos nucleares y plantear otras demandas irrealistas e ilógicas, entonces debe afirmarse con claridad que Irán no renunciaría, bajo ninguna circunstancia, a ninguno de los derechos de la orgullosa nación iraní.
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