En una conversación telefónica con su homólogo pakistaní, Yalil Abas Yilani, el lunes, el canciller iraní, Hosein Amir Abdolahian, pidió a Pakistán que etiquetara a Yeish al-Adl como grupo terrorista.
El jefe de la Diplomacia iraní también exigió promover la cooperación bilateral con Pakistán para detener los ataques terroristas y garantizar la seguridad y la estabilidad a lo largo de las fronteras comunes.
El ministro paquistaní, por su parte, condenó el reciente ataque terrorista contra la comisaría iraní y recalcó que era necesaria una estrecha colaboración entre los dos países para combatir el terrorismo.
Al denunciar el terrorismo como una amenaza común para Irán, Pakistán y toda la región, Yilani aseguró que su Gobierno no escatimará esfuerzos para arrestar a quienes están detrás del “acto de terror”.
Al menos 11 agentes de policía iraníes perdieron la vida y otros siete resultaron heridos en el ataquq terrorista ocurrido en la madrugada del viernes contra una comisaría situada en la ciudad de Rask, en la provincia de Sistán y Baluchistán, cerca de la frontera de Pakistán.
El grupo terrorista Yeish al-Adl, con sede en Pakistán, que ha llevado a cabo varios atentados, secuestros y ejecuciones en el sureste de Irán durante los últimos años, se atribuyó la responsabilidad del ataque del viernes.
El presidente del Poder Judicial de Irán, Qolam Hosein Mohseni Eyei, denunció que el ataque fue perpetrado por “mercenarios de los enemigos” de Irán y lo catalogó como otro intento de la “arrogancia mundial” para socavar la seguridad y la paz del país persa. Prometió además llevar a los autores ante la justicia.
Teherán, que ha asestado duros golpes a la banda extremista en los últimos años, ha pedido una y otra vez a Islamabad que actúe con dureza contra el grupo y asuma la responsabilidad de asegurar la frontera común.
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