Una encuesta, realizada esta semana en la página web de HispanTV, se preguntó a los usuarios ¿De qué manera la política de buena vecindad de Irán beneficia a la región de Asia Occidental?
El resultado del sondeo, en conformidad con las opciones planteadas, es el siguiente: para la mayoría de los encuestados (44,4 %), la política de buena vecindad es considerada como un elemento que deja sin efecto la política intervencionista occidental, mediante el fortalecimiento multilateral.
Por otro lado, el 32,4 % de los encuestados ha opinado que esta política catapulta la seguridad frente a las injerencias de Israel y los países occidentales en la región.
Mientras tanto, el 23,2 % de los participantes en el sondeo ha dicho que prioriza los intereses regionales mediante la convergencia de las economías emergentes.
La República Islámica ha declarado en diferentes ocasiones su disposición para fortalecer o recuperar las relaciones con todos sus vecinos, basándose en los intereses de la región. Además, mantiene relaciones de amistad con naciones de todos los continentes.
En el mismo contexto, el país persa reanudó, el pasado 10 de marzo, los lazos con Arabia Saudí mediante un comunicado emitido en Pekín (capital china). En virtud del cual, los dos países anunciaron oficialmente un acuerdo para reanudar sus relaciones diplomáticas y reabrir embajadas y representaciones en un plazo máximo de dos meses.
Los nexos entre el reino de Arabia Saudí y la República Islámica se volvieron tensos en los últimos años debido a una profunda divergencia sobre algunos temas regionales. Irán, a su vez, ha señalado a Estados Unidos a su agenda injerencista y desestabilizadora en la zona, como la principal razón de los conflictos entre Teherán y Riad.
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