Comentando sobre la visita de Seyed Ebrahim Raisi a Siria, Amos Gilead, un general retirado israelí que se desempeñó, entre otras funciones, como jefe de la división de investigación de inteligencia militar, manifestó en una entrevista radial que “los iraníes ahora sienten que Israel está debilitado”.
Raz Zimmt, un destacado experto israelí en Irán, también describió la visita como “un tema influyente”, y agregó que, aparte de la conclusión de importantes acuerdos económicos entre Teherán y Damasco, todo lo demás será un “logro” para el Frente de Resistencia.
Un corresponsal militar del diario israelí Yediot Aharonot también describió la visita como una “oportunidad perdida” para el régimen de ocupación.
“Oportunidad perdida: Hoy, el presidente de Irán viajará a Siria. Una respuesta importante a Gaza no solo era necesaria, sino una excelente oportunidad para restaurar la disuasión dañada en el frente norte; Pero se perdió la oportunidad, lo que significa que no se está manejando bien la obra”, afirmó.
Las reacciones se produjeron después de la entrevista del presidente iraní con la cadena de televisión libanesa Al-Mayadeen el martes, durante la cual señaló que su viaje a Siria tendrá como objetivo mejorar aún más las relaciones “estratégicas e importantes” de los países.
Durante la entrevista, Raisi desacreditó las amenazas del régimen israelí contra Irán y se refirió a la debilidad de Israel, asegurando que “la entidad sionista no puede competir con la juventud palestina, no puede conquistar Gaza y no puede desafiar a Cisjordania”, y agregó que los israelíes tampoco pueden brindar seguridad a su frente interno. “Las circunstancias hoy han cambiado mucho”, subrayó.
Irán no se ha arrepentido ni se arrepentirá de apoyar el Frente de Resistencia regional frente a la agresión del régimen ocupante, reiteró.
Encabezando una delegación político-económica de alto rango, el presidente iraní llegó a Siria este miércoles por invitación oficial de su homólogo sirio, Bashar al-Asad.
La visita es la primera de un presidente iraní después de 13 años desde el estallido de una crisis de violencia alimentada por fuerzas opositoras y terroristas, apoyadas desde el exterior, en 2011.
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