“Tales medidas han limitado nuestro acceso a recursos financieros, nuevas tecnologías y herramientas necesarias para tomar medidas efectivas para reducir las emisiones, impulsar la adaptación y mejorar la calidad del aire”, ha dicho este martes el vicepresidente de Irán y jefe de la Organización de Medio Ambiente, Ali Salayeqe.
En declaraciones durante la vigesimoséptima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27) desde la ciudad egipcia de Sharm el-Sheij, Salayeqe ha afirmado que las medidas económicas contundentes, injustificables e injustas impuestas contra la República Islámica perjudican la salud y el bienestar de ciudadanos iraníes.
Es más, ha lamentado el funcionario persa, las presiones tendrán consecuencias más allá del territorio nacional y, en última instancia, resultarán en el calentamiento global.
En efecto, ha criticado, los embargos contradicen la agenda mundial de desarrollo sostenible y los acuerdos multilaterales pertinentes.
Las sanciones impuestas por el Occidente, en particular Estados Unidos contra Irán, han creado obstáculos para la República Islámica en varios ámbitos; sin embargo, el país persa ha estado sumando todos sus esfuerzos para neutralizar los efectos de los embargos.
La COP27 se está celebrando desde el 6 de noviembre y culminará el próximo 18 de noviembre; el compromiso de iniciar acciones ambientales de manera inmediata no solo está en el eslogan de la cumbre, sino que además es el gran objetivo de esta reunión global. La gran pregunta es si esta vez lograrán pasar de las palabras a la acción.
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