Así lo dice Nicholas Miller, profesor asistente en el Departamento de Gobierno de la Universidad de Dartmouth (Estados Unidos), en un artículo publicado este martes en el diario local Washington Post (WP).
Sabotajes tienen un efecto adverso
El experto opina que los actos de sabotaje, como el ocurrido el pasado 11 de abril en un complejo de enriquecimiento de uranio de la planta nuclear de Natanz (centro de Irán); un hecho que se atribuye al régimen de Israel por muchos indicios, tienen un impacto limitado sobre el programa nuclear iraní.
“La historia del programa nuclear de Irán sugiere que cualquier impacto en la capacidad de expansión será limitado. De hecho, la motivación de Irán para expandir su capacidad probablemente aumentará, al menos hasta que Estados Unidos acepte eliminar las sanciones y volver al PIAC [o JCPOA, acrónimo inglés del Plan Integral de Acción Conjunta, como se conoce oficialmente el acuerdo nuclear de 2015]”, se lee en el artículo.
El experto detalla que “los esfuerzos de Estados Unidos e Israel para sabotear físicamente el programa nuclear de Irán se remontan a más de una década. En 2009-2010, el gusano informático Stuxnet dejó fuera de servicio 1000 centrifugadoras iraníes en Natanz. Sin embargo, esto representó solo una fracción de las centrifugadoras de Irán, cuyo número se recuperó rápidamente y siguió creciendo después del ataque. Asimismo, siguió aumentando la reserva de uranio enriquecido de Irán”, agrega el reporte.
Pone de relieve asimismo que los esfuerzos de Israel para torpedear el programa nuclear iraní no se limitaron a sabotajes. Recuerda el asesinato de varios de los más destacados científicos nucleares iraníes a manos de Israel en la última década. Sin embargo, ninguna de dichas medidas ha logrado parar hasta el día de hoy el programa nuclear iraní con fines pacíficos, admite Miller.
En respuesta al reciente sabotaje en Natanz, considerado por Teherán un acto de “terrorismo nuclear”, la República Islámica comenzó la semana pasada a enriquecer uranio al 60 por ciento de pureza. Esta reacción, según Miller, “demuestra la motivación y la capacidad de Irán para seguir impulsando su programa nuclear”.
¿Complicará el ataque la diplomacia nuclear?
El ataque y la posterior reacción de Irán posiblemente podrían dificultar el logro de una solución diplomática para el impasse en el que se encuentra el PIAC tras la salida de EE.UU. del mismo en 2018, así lo cree el experto.
Pero, a juicio de Miller, también hay otras razones para creer que el ataque tendrá un efecto limitado, o incluso puede facilitar las negociaciones. “Tanto Washington como Teherán pueden ver una mayor urgencia de llegar a un acuerdo para revivir el JCPOA, ya que ambos países presumiblemente tienen interés en prevenir una mayor” tensión.
El artículo concluye diciendo que, aunque la resolución exitosa del problema no está garantizada de ninguna manera, “la historia sugiere que el JCPOA ha sido mucho más eficaz” que el sabotaje.
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