“Ellos (Estados Unidos) han esperado esto de Irán desde hace mucho tiempo, pero esta expectativa es vana. Irán no entrará en ningún diálogo, hasta que EE.UU. no renuncie al terrorismo económico”, ha subrayado este domingo el vocero de la Cancillería de Irán, Seyed Abás Musavi, en una conferencia de prensa.
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Musavi ha respondido así a las declaraciones de la portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Morgan Ortagus, quien el jueves durante una conferencia de prensa, dijo que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, “espera una llamada telefónica” de los iraníes.
El diplomático persa, sin embargo, ha prometido que Teherán nunca “tomará la iniciativa para mantener un diálogo en el que la ley y las normas internacionales no se respetan”.
Ellos (Estados Unidos) han esperado esto (llamada telefónica) de Irán desde hace mucho tiempo, pero esta expectativa es vana. Irán no entrará en ningún diálogo, hasta que EE.UU. no renuncie al terrorismo económico”, dice el vocero de la Cancillería de Irán, Seyed Abás Musavi.
Al desarrollar su postura, Musavi ha señalado que “ningún individuo razonable acude a dialogar mientras está bajo presión y apuntado con una pistola”.
El funcionario iraní, de este modo, ha denunciado la paradójica actitud de Washington, de ofrecer propuestas de diálogos a Irán, después de salirse del acuerdo nuclear —de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés)— y mantener una estrategia de “máxima presión” contra el país persa, que incluye un régimen duro de sanciones.
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“Los estadounidenses demostraron que no son honestos a la hora de expresarse. Han aumentado la presión contra el pueblo iraní, le imponen cualquier presión y amenaza sin escrúpulo alguno, intentan hacer ceder a nuestra nación a través de este tipo de presiones, y al mismo momento hablan de diálogo”, ha indicado Musavi.
Las autoridades iraníes han dicho una y otra vez que si Washington quiere dialogar debe retornar al pacto nuclear.
A finales de julio, el presidente iraní, Hasan Rohani, remarcó que la República Islámica “no se sentará a la mesa de rendición en nombre de negociaciones”.
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