El hoyatolislam Kazem Sediqi, en su sermón de esta semana, ha enfatizado que el Gobierno estadounidense no es fiable y ha alertado a las autoridades iraníes de que Washington busca arruinar la industria de misiles del país persa.
En alusión a la “retorica” del presidente estadounidense, Donald Trump, y su decisión de no certificar el acuerdo sellado en 2015 entre Teherán y el Grupo 5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania), ha señalado que la hostilidad de EE.UU. hacia Irán se remonta a los primeros días de la victoria de la Revolución Islámica, momento que el país persa no contaba ni con industria nuclear ni con sector misilístico.
“EE.UU., como está indignado por el fracaso de sus complots en Oriente Medio, ha recurrido ahora a esta postura”, ha recalcado.
EE.UU., como está indignado por el fracaso de sus complots en Oriente Medio, ha recurrido ahora a esta postura”, ha enfatizado el hoyatolislam Kazem Sediqi, el Imam del rezo del viernes de Teherán.
Al referirse a las sanciones impuestas por la Casa Blanca contra el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI), el clérigo ha recalcado que esta fuerza militar élite ha sido pionera en la lucha contra el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
En otra parte de su discurso, ha denunciado la situación catastrófica en Myanmar (Birmania) y Yemen. "En estos territorios está a punto de surgir una catástrofe humanitaria. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) tiene un título falso" de defensor de los derechos de los pueblos oprimidos, ha criticado.
De este modo, ha criticado la agresión saudí a Yemen y ha revelado que unos 30.000 de musulmanes yemeníes sufren por los ataques aéreos de la denominada coalición liderada por Arabia Saudí mientras la comunidad internacional sigue observando en pleno silencio.
El régimen de Riad y sus aliados son acusados de golpear blancos civiles sistemáticamente en Yemen, como escuelas y hospitales, pero sin hacer caso a las denuncias, continúan lanzando indiscriminados bombardeos. Estos ataques, desde marzo de 2015, han dejado al menos 5159 civiles muertos, según el reciente informe de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACDH).
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