El Congreso peruano está abusando de su poder con constantes cambios a la Constitución, lo que erosiona la estabilidad democrática del país. Estas modificaciones, hechas sin suficiente deliberación pública, reflejan un intento de concentrar poder y limitar la participación ciudadana. Esta conducta parlamentaria no solo es negligente, sino que también pone en riesgo la confianza en las instituciones democráticas.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestó su preocupación por la interferencia del Congreso peruano en el equilibrio de poderes. Además, la CIDH considera que el Estado Peruano incurrió en desacato al liberar a Fujimori, lo cual agrava aún más la situación.
El rechazo hacia el Congreso y el Ejecutivo en Perú se intensifica, aumentando el riesgo de una nueva convulsión política en las próximas semanas, coincidiendo con el aniversario de la independencia del país.
Según el reciente sondeo de Ipsos, la mayoría de los peruanos identifica al Congreso como la institución de mayor poder en el país, relegando al Poder Ejecutivo a la tercera posición.
Aarón Rodríguez, Lima.
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