Millones de ciudadanos viven una dura realidad con la falta de servicios básicos y apoyo de las autoridades.
En las lomas del distrito de Villa María en Lima ya no se aprecia la vegetación que aluna vez cubrió el territorio, hoy se erigen miles de viviendas precarias cuyas familias se vieron obligadas a instalar tras la masiva invasión de terrenos que ocurrió en la ciudad a finales del siglo pasado. Yuli Córdoba tiene 21 años viviendo en la quebrada Virgen de Lourdes y asegura que para ella el principal problema que afronta es la falta de los servicios de agua y desagüe.
Según un estudio de la facultad de arquitectura de la universidad Católica del Perú, en Lima 2,8 millones de personas viven en las laderas de los cerros. Eustaquia Santos, madre de 4 niños y pobladora de la asociación de vivienda Rafael Chacón desde hace 22 años también sufre por la falta de agua, pero asegura que todo estaría mejor si las autoridades mostraran interés por mejorar la calidad de vida de sus vecinos.
Desde los años 50 hasta los 80 en Lima se trabajaron planes de urbanismo debido a la migración rural sobre tierras planas. A partir de los años 90 el crecimiento se dio hacia los cerros sin ninguna clase de control por parte de las autoridades. Por ello en estas zonas las condiciones para vivir no han mejorado pese a los años y los ciudadanos continúan viviendo en las peores condiciones.
En muchas zonas no hay ni siquiera luz y la presencia de la policía en casi nula. A los pobladores de los cerros de Lima sólo les queda esperar a que las autoridades se acuerden que existen.
En el Perú la pobreza monetaria afecta al 21.7 % de la población, según el instituto nacional de estadística e informática INEI en Lima la cifra es del 13.3 %. todas esas personas viven hacinadas en los cientos de cerros ubicados en la periferia de la ciudad.
Aaron Rodríguez, Lima.
kmd/nii/