Esto mientras aumenta el descontento por las medidas para contener la expansión del virus.
Más de 24 000 pruebas para detectar el COVID-19 han sido realizadas en Panamá, confirmándose 5338 casos hasta la noche del viernes 24 de abril, además de la pérdida de 154 vidas. El país de poco más de 4 millones de habitantes continúa reflejando uno de los mayores impactos por la expansión del coronavirus en la región latinoamericana, poniendo a prueba su sistema de salud.
Aunque algunas posturas promueven la idea de que este virus SARS-CoV-2 no discrimina en su incidencia sobre las personas, la realidad que manifiestan algunos panameños sugiere que no todos los sectores de la sociedad se encuentran preparados para hacer frente al conjunto de medidas adoptadas luego de la declaración de la pandemia.
Un aproximado de 20 000 detenciones se han registrado tras el anuncio de toque de queda parcial que devino en confinamiento desde el pasado marzo, muchas de ellas tras protestas en rechazo de las medidas de cuarentena.
La posibilidad de cruzar el límite entre este tipo de medidas y distintas formas de violaciones de derechos y garantías en medio de la pandemia también ha sido expuesto por el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, advirtiendo que la crisis sanitaria empieza a tornarse una crisis de derechos humanos.
John Alonso, Ciudad de Panamá.
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