A pesar de que Israel anunció la creación de pausas tácticas diarias de hasta 10 horas en algunas zonas densamente pobladas para permitir el ingreso mínimo de ayuda humanitaria, en la práctica no se ha implementado un sistema seguro y consistente. Como resultado de esta inacción, miles de personas siguen acudiendo diariamente a las zonas de distribución de comida, conocidas ya como “las trampas de la muerte”. Lugares donde, en vez de encontrar ayuda, muchos encuentran la muerte.
Ayer, en la zona de Zikim, más de 70 personas murieron y al menos 300 resultaron heridas mientras intentaban conseguir comida. A raíz de esta masacre, el hospital de Al-Shifa realizó hoy una rueda de prensa urgente, condenando el ataque y denunciando la gravedad de los hechos. Según los médicos, las víctimas llegaron con heridas de metralla, disparos y fracturas, muchos de ellos niños y jóvenes.
ONG y entidades como UNRWA coinciden en que las entregas son verdaderamente insuficientes y peligrosas, y han calificado los puntos de distribución como “trampas de la muerte” debido a la violencia letal que se ejerce sobre civiles hambrientos.
Hoy el personal sanitario en Gaza, ha alzado la voz para denunciar un crimen de guerra. Aunque Israel asegura que permite la entrada de ayuda, y que realiza pausas humanitarias, la realidad en Gaza es otra: el hambre sigue, los ataques continúan y los muertos se multiplican.
Huda Hegazi, Gaza.
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