Jake Wood, director ejecutivo de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF de su sigla en inglés), anunció el domingo su dimisión en un comunicado emitido por la organización apoyada por EE.UU. e Israel para distribuir la ayuda en el territorio palestino, en medio del caos humanitario marcado por la hambruna y la desesperación de la población gazatí.
Wood expresó sentirse orgulloso por el “desarrollo de un plan pragmático que pudiera alimentar a las personas hambrientas, abordar las preocupaciones de seguridad sobre el desvío y complementar el trabajo de las ONG de larga trayectoria en Gaza”.
Sin embargo, argumentó que GHF no pudo adherirse “a los principios humanitarios de humanidad, neutralidad, imparcialidad e independencia, que no abandonaré”, y demandó a Israel que permitiera la entrada de más ayuda.
Por su parte, la junta directiva de GHF, en un comunicado, dijo que estaba “decepcionada” por la renuncia, pero que seguía comprometida a ampliar los esfuerzos de ayuda en toda la Franja.
La fundación, con sede en Ginebra desde febrero, se ha comprometido a distribuir 300 millones de comidas en sus primeros 90 días de operaciones. Sin embargo, la ONU y organizaciones de ayuda convencionales han declarado que no colaborarán con el grupo, debido a preocupaciones por el hecho de que esta iniciativa vulnere el derecho internacional.
Autoridades de Gaza cuestionan GHF: busca “usar comida como arma de guerra”
Por su parte, el Ministerio del Interior de Gaza afirmó que sigue con preocupación los acontecimientos en torno a la GHF. En un comunicado, la Cartera dijo que eludir las organizaciones de ayuda internacional “tiene como objetivo reemplazar el orden con el caos” y “utilizar los alimentos como arma en tiempos de guerra”.
El Ministerio advirtió que GHF obligaría a los palestinos a caminar largas distancias hasta varios puntos de distribución militarizados limitados, y cumplir con su plan de desplazamiento para la Franja.
Israel bloqueó de manera total la entrada de ayuda humanitaria a Gaza desde marzo pasado, provocando una crisis humanitaria sin precedentes en el enclave, que ha sido denunciada por la ONU y la comunidad internacional. Como resultado del genocidio, han muerto en la Franja desde octubre de 2023 casi 54 000 palestinos.
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