En Al-Quds, las fuerzas de guerra israelíes han atacado a los manifestantes con balas recubiertas de goma y gases lacrimógenos en la urbanización de Al-Isawiya después del rezo colectivo del viernes, hiriendo a varios palestinos.
En el distrito de Ramalá, los enfrentamientos han estallado cuando los militares han interrumpido en una protesta en el pueblo de Budrus. Las fuerzas de ocupación han utilizado granadas paralizantes y gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes, causando muchos casos de asfixia por inhalación de gases.
También se han registrado enfrentamientos en las localidades de Al-Bireh y Qalqilia, así como en el pueblo de Nabi Saleh, donde también ha habido casos de asfixia múltiples.
Hechos similares han tenido lugar a lo largo de los límites de la Franja de Gaza al atacar las fuerzas de ocupación israelíes a los palestinos.
Los territorios ocupados palestinos han sido escenario de protestas y enfrentamientos desde que el presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció el pasado 6 de diciembre la decisión de su país de trasladar su embajada a Al-Quds y reconocer la ciudad palestina como capital israelí.
Trump ha echado después más leña al fuego, en una situación ya tensa con los palestinos, con su decisión de recortar su contribución anual al funcionamiento de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés), que administra 278 escuelas en Gaza, a las que asisten unos 300.000 estudiantes. Ciertos analistas advierten de que esta medida podría provocar una guerra.
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