Publicada: sábado, 7 de septiembre de 2024 3:06
Actualizada: sábado, 7 de septiembre de 2024 3:44

El “Corredor de Transporte de Zangezur”, una conexión estratégica que uniría Azerbaiyán, Rusia y Turquía a través de Armenia, está generando serias preocupaciones en Irán.

Por Xavier Villar

De llevarse a cabo, este proyecto permitiría a Azerbaiyán un acceso directo y sin restricciones a Armenia a través de la provincia de Syunik, lo que implicaría una reconfiguración de las fronteras entre Irán y Armenia.

Expertos iraníes, como el especialista en asuntos del Cáucaso Ehsan Movahedian, alertan sobre los riesgos que este corredor podría suponer para la política iraní. Entre las principales amenazas se destaca la alteración de la geopolítica fronteriza, con la posibilidad de un cierre de la frontera terrestre entre Irán y Armenia, lo que modificaría significativamente las dinámicas regionales. Además, la posible alineación de Armenia con el bloque occidental podría agravar el aislamiento estratégico de Irán en la región.

Otros riesgos señalados incluyen la pérdida de las ventajas de tránsito de Irán en el Corredor Norte-Sur, el aumento de la influencia turca en el Cáucaso, y la amenaza a la soberanía nacional y la integridad territorial iraní debido a la expansión del pan-turquismo y el resurgimiento del nacionalismo azerí. También preocupa la creciente presencia de actores externos como la OTAN, Israel y Rusia en las fronteras septentrionales de Irán, considerada una amenaza significativa para la estabilidad geopolítica del país.

Históricamente, la política de la República Islámica de Irán en el Cáucaso del Sur ha estado centrada en mantener un equilibrio de poder regional y fomentar la paz entre sus dos vecinos del norte: Azerbaiyán y Armenia. El respeto a las fronteras reconocidas internacionalmente y la preservación de la geopolítica regional han sido constantes en la política exterior iraní.

En este contexto, Irán nunca ha reconocido la soberanía de Armenia sobre Nagorno-Karabaj y, en línea con el derecho internacional y los antecedentes históricos, ha mantenido su postura de considerar la ocupación de la región como ilegítima. Esta posición se hizo más evidente durante la guerra de 44 días entre Azerbaiyán y Armenia, reflejada en las declaraciones oficiales de los líderes iraníes. En el más alto nivel, el Líder Supremo de Irán describió el conflicto como un "suceso amargo" que "debía concluir lo antes posible, liberando los territorios ocupados de Azerbaiyán y evitando que ambas partes violaran las fronteras internacionales".

Según la cláusula 9 del acuerdo de alto el fuego, Armenia se ha comprometido a permitir la creación de un corredor en su territorio que conecte Azerbaiyán continental con el enclave de Najicheván. Azerbaiyán considera este corredor, denominado "Corredor Zangezur", como parte de un proyecto de transporte más amplio conocido como el "Corredor Medio", que se extiende de este a oeste, pasando por Turkmenistán, el mar Caspio, Azerbaiyán, Najicheván y Turquía, hasta llegar a Europa.

Como se ha señalado, el plan de construcción del Corredor Zangezur ha suscitado serias preocupaciones en los círculos políticos y civiles de Irán sobre sus motivaciones y posibles consecuencias. El Líder Supremo iraní, en varias reuniones con Vladimir Putin y Recep Tayyip Erdogan, ha dejado clara la firme oposición de Irán a cualquier cambio geopolítico en el Cáucaso. La preocupación es tan grave que, si Azerbaiyán intentara alterar las fronteras y cruzar las líneas rojas de Irán, se enfrentaría a una respuesta seria y contundente por parte de Teherán.

La región del Cáucaso del Sur desempeña un papel destacado en la geoestrategia y geoeconomía del eje Euroasiático. Históricamente una esfera de influencia iraní, ha experimentado transformaciones significativas y hoy se sitúa como una zona clave entre los mares Negro y Caspio, desempeñando un rol crucial en la transferencia de energía y la promoción de la paz y estabilidad regional. Las crecientes necesidades energéticas del mar Caspio han dado lugar a un nuevo Gran Juego, recordando las rivalidades coloniales entre Rusia y el Reino Unido en los siglos XIX y XX.

Para expertos iraníes, la frialdad en las relaciones entre Azerbaiyán e Irán se explica por factores geopolíticos como la posición de Azerbaiyán en las rutas de transporte global, la competencia por los recursos del Caspio y la cuestión del pan-turquismo. Estos elementos no solo atraen la atención de potencias globales como Estados Unidos e Israel, sino que también intensifican las tensiones entre Teherán y Bakú.

Desde una perspectiva política, hay una diferencia significativa entre el islamismo representado por Irán y la "islamización" en Azerbaiyán. El islamismo se define, en términos generales, como un discurso que busca colocar al Islam en el centro de la política en las comunidades musulmanas. En contraste, la "islamización" en Azerbaiyán se limita a otorgar cierta visibilidad al Islam en el ámbito cultural, sin integrar al Islam como referencia en las relaciones internacionales, políticas públicas u otros ámbitos políticos.

Frente a la posible amenaza que supone la construcción del Corredor de Zangezur, Irán tiene varias opciones estratégicas:

a) Fortalecimiento interno: Irán podría enfocarse en reforzar su poder interno para mantener el equilibrio en la región del Cáucaso Sur.

b) Alianzas regionales: Otra posibilidad sería aliarse con Armenia y, posiblemente, con Rusia, para contrarrestar la alianza entre Azerbaiyán, Turquía y los intereses occidentales.

c) Enfrentamiento militar: Una opción menos probable sería la adopción de un enfoque de confrontación militar directa.

d) Estrategia combinada: Irán también podría optar por una combinación de estas estrategias para alterar o mantener el equilibrio regional.

 

Azerbaiyán, respaldado por Turquía, insiste en la construcción del Corredor de Zangezur, proyectado como un corredor geopolítico estratégico. El gobierno azerí ha iniciado proyectos de infraestructura en su territorio vinculados a esta iniciativa y ha advertido que, si Armenia no acepta, "Azerbaiyán tomará medidas por la fuerza". Armenia, por su parte, ha señalado que solo está dispuesta a reabrir las antiguas rutas ferroviarias, rechazando el concepto de "corredor".

Rusia, que hasta ahora no había tomado una postura clara sobre el Corredor de Zangezur, ha señalado recientemente que no se opondrá a su construcción. Esta postura generó una reunión entre el Ministro de Asuntos Exteriores iraní y el embajador ruso, en un intento por evaluar las implicaciones de esta decisión.

La necesidad de los países occidentales de asegurar el acceso a la energía del Mar Caspio y reducir su dependencia de Rusia en términos de energía y tránsito ha llevado a Europa y Estados Unidos a promover la normalización de relaciones entre Armenia y Azerbaiyán y a apoyar la construcción del Corredor de Zangezur como parte de un proyecto más amplio conocido como el corredor medio. Como señala Stephen Blank, este corredor representa una de las mejores formas para que Occidente "eluda el bloqueo de las rutas de transporte global por parte de Rusia, lo que requiere la aceptación y el compromiso de Armenia para colaborar con Occidente".

El análisis de las reacciones de los círculos políticos y expertos en Irán frente al proyecto de construcción del Corredor de Zangezur destaca una preocupación central: la posible alteración de la geopolítica fronteriza y la interrupción de la conexión terrestre entre Irán y Armenia. Esta inquietud se origina en la interpretación que Azerbaiyán hace del acuerdo de alto el fuego y sus planes para establecer dicho corredor.

La postura de Azerbaiyán cuenta con el respaldo incondicional de Turquía, que ha buscado durante mucho tiempo eliminar el acceso de Irán a Armenia para establecer una conexión terrestre directa con Azerbaiyán y, eventualmente, con Asia Central. Desde la perspectiva iraní, si el proyecto del Corredor de Zangezur resulta en la interrupción de la frontera terrestre con Armenia, las tensiones podrían escalar a un nivel sin precedentes.

En Irán, el enfoque azerí ha sido interpretado como un intento de redibujar las fronteras y cortar la conexión terrestre entre Irán y Armenia, lo que ha provocado fuertes reacciones a nivel político y militar. Como respuesta, Irán estableció un consulado en la provincia armenia de Siunik para contrarrestar posibles intentos de separar esta región de Armenia. Además, a finales de octubre de 2022, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica realizó el "Ejercicio de Poder" a lo largo del río Aras, enviando un claro mensaje de advertencia contra cualquier cambio en la geopolítica fronteriza.

Azerbaiyán, con el apoyo de Turquía y Pakistán, respondió a las acciones de Irán organizando ejercicios militares conjuntos y manteniendo su postura de que Armenia eventualmente aceptará la construcción del corredor a cambio de beneficios económicos y acceso a Nagorno-Karabaj. Sin embargo, Armenia ha reiterado que no acepta el concepto de "corredor" y se ha comprometido a no permitir alteraciones en sus fronteras.

Desde una perspectiva geopolítica y geoeconómica, Irán posee ventajas estratégicas en las rutas de tránsito internacionales que se verían comprometidas si se activa el Corredor de Zangezur. Para capitalizar su posición, Irán ha impulsado varios proyectos de infraestructura:

- Desarrollo del puerto de Chabahar: En colaboración con India, este puerto busca mejorar la capacidad de tránsito y convertirse en un punto clave para las rutas hacia Asia Central.

- Expansión de rutas de tránsito con Asia Central: Incluye la ampliación de conexiones ferroviarias y viales para fortalecer los vínculos económicos con la región.

- Ferrocarril Norte-Sur: Conectando Rasht con Astara en Azerbaiyán, facilita el tránsito de mercancías entre el norte y el sur.

- Corredor Mehr-Irán-Ereván-Tiflis-Mar Negro: Un proyecto que conecta Asia Oriental y Central con Europa a través de Irán, el Cáucaso y el Mar Negro.

Estos proyectos buscan consolidar a Irán como un centro de tránsito clave entre Europa, Asia Oriental y Asia Central, incrementando su relevancia en las rutas de transporte internacionales.

La activación del Corredor Medio, que depende de la construcción del Corredor de Zangezur, representaría una amenaza significativa para la competitividad de Irán en el ámbito del tránsito internacional. Este corredor ofrece una ruta más corta y cuenta con el respaldo de los países occidentales, quienes lo ven como una alternativa para evitar el paso por Irán y Rusia, que forman parte del Corredor Norte-Sur.

Los países occidentales favorecen el Corredor Medio sobre el Corredor Norte-Sur, que atraviesa Rusia, debido a su potencial para reducir la dependencia de Europa del tránsito energético ruso. Al permitir la transferencia directa de recursos energéticos del Mar Caspio a Europa, el Corredor Medio no solo disminuye la dependencia de Rusia, sino que también debilita la posición del Corredor Norte-Sur.

Mojtaba Baharvand, ex presidente de la Comisión de Transporte de la Cámara de Comercio de Irán, advierte que la construcción del Corredor Medio conlleva la pérdida de ventajas económicas para Irán y futuras oportunidades de exportación a Europa. Según Baharvand, si Turquía logra desviar el tránsito de mercancías que actualmente pasa por Irán, podría imponer obstáculos adicionales a las exportaciones iraníes hacia Europa. Esto consolidaría las rutas bajo el control de Turquía y Azerbaiyán, afectando gravemente la economía iraní y su posición en las redes de tránsito internacional.

Irán ve con inquietud el creciente protagonismo de Turquía en la región. En una estrategia de suma cero, característica de su enfoque, cualquier fortalecimiento de Turquía es percibido como una pérdida para Irán. Por esta razón, Teherán se esfuerza por contrarrestar las iniciativas turcas en el Cáucaso, utilizando tanto medidas positivas como negativas para equilibrar el poder regional. La oposición iraní al proyecto del Corredor de Zangezur es una manifestación de esta estrategia defensiva, destinada a frenar la expansión de la influencia turca y a proteger sus intereses geopolíticos y económicos.

Irán, una nación de carácter multiétnico, enfrenta constantes preocupaciones sobre el crecimiento del nacionalismo y los movimientos separatistas, los cuales amenazan su seguridad e integridad territorial. El conflicto en Nagorno-Karabaj es visto en Teherán como una fuente de inseguridad que puede avivar sentimientos nacionalistas y permitir la intervención de potencias extranjeras que buscan debilitar a Irán desde adentro.

El estímulo de sentimientos nacionalistas azeríes ha sido un punto de fricción constante en las relaciones entre Irán y Azerbaiyán. Tras la disolución de la Unión Soviética, Irán reconoció la independencia de Azerbaiyán y trató de establecer relaciones amistosas basadas en la historia y cultura compartidas. Sin embargo, la llegada de Abulfaz Elchibey al poder en Azerbaiyán, con su promoción de un "Azerbaiyán Unificado" que incluiría a los azeríes del norte de Irán, enfrió significativamente las relaciones entre ambos países.

Desde los primeros años de la independencia de Azerbaiyán, el nacionalismo azerí ha resurgido en momentos cruciales, avivando tensiones con Irán. Teherán acusa a Bakú de fomentar el separatismo en las provincias del noroeste iraní, donde vive una considerable población de origen azerí, y de apoyar movimientos que podrían amenazar la integridad territorial iraní.

El Corredor de Zangezur se presenta no solo como un proyecto de infraestructura, sino también como una plataforma para la expansión de la ideología pan-turquista. Declaraciones de los líderes de Azerbaiyán y Turquía refuerzan esta percepción. El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, al recibir a Erdogan en Zangilán en octubre de 2021, expresó que el corredor “unirá a todo el mundo turco”. Esta idea fue reafirmada en la reunión de la Organización de Estados Turcos en noviembre de 2021, donde Aliyev destacó que el corredor serviría como un vínculo estratégico entre los países turcos y Europa.

La retórica de un "mundo turco unificado" ha suscitado fuertes reacciones en Irán, especialmente ante declaraciones que sugieren la unión de la población azerí a ambos lados del río Aras. Durante una cumbre en Samarcanda en 2022, Aliyev y Erdogan insistieron en el derecho de los azeríes en Irán a estudiar en su lengua materna, lo cual fue interpretado en Teherán como un apoyo indirecto a un "Azerbaiyán unificado". Este discurso ha intensificado las tensiones, con Irán percibiendo estas acciones como una amenaza directa a su soberanía.

Otra de las mayores preocupaciones de Irán en su frontera norte es la creciente presencia de Israel en Azerbaiyán. Desde el colapso de la Unión Soviética, los vínculos entre Bakú y Tel Aviv se han fortalecido notablemente, con Azerbaiyán suministrando alrededor del 40% de las necesidades energéticas de Israel. Además, Azerbaiyán ha modernizado significativamente sus fuerzas armadas mediante la compra de sofisticado armamento israelí, incluyendo drones y sistemas de reconocimiento, lo que le otorgó una ventaja decisiva en la Segunda Guerra de Nagorno-Karabaj.

Israel, por su parte, ve su relación con Azerbaiyán como parte de su "doctrina periférica", cuyo objetivo es contrarrestar la influencia iraní en la región. Según las autoridades iraníes, Azerbaiyán ha facilitado la presencia de agentes de inteligencia israelíes en su territorio, los cuales son utilizados para vigilar las actividades militares y nucleares de Irán. Se acusa a Bakú de proporcionar apoyo logístico a las operaciones encubiertas israelíes contra Irán, incluyendo el ingreso de agentes israelíes a través de la frontera azerí.

Conclusión

Los intereses de seguridad de Irán en el Cáucaso Sur se centran en la preservación de sus fronteras geopolíticas, integridad territorial, soberanía nacional, unidad nacional, paz, transferencia de energía y desarrollo económico. Estos objetivos se aseguran bajo un enfoque realista mediante el mantenimiento del equilibrio de poder en la región. Sin embargo, la creación del Corredor de Zangezur, promovida por la alianza Azerbaiyán-Turquía, representa una amenaza directa para este equilibrio y, en consecuencia, para los intereses de Irán.

Principales amenazas para Irán asociadas al Corredor de Zangezur:

1. Cambio geopolítico de las fronteras: El posible bloqueo de la frontera terrestre entre Irán y Armenia alteraría la configuración geopolítica, afectando la conectividad de Irán con el Cáucaso y limitando su acceso directo a un aliado clave en la región.

2. Alineación de Armenia con Occidente: La construcción del Corredor podría empujar a Armenia a alinearse más estrechamente con el bloque occidental, aislando aún más a Irán y exacerbando su soledad estratégica.

3. Reducción de las ventajas de tránsito en el Corredor Norte-Sur: La implementación del Corredor de Zangezur amenaza con socavar la posición de Irán en las rutas internacionales de tránsito, disminuyendo su ventaja competitiva frente a un Corredor Medio más corto y respaldado por Occidente.

4. Aumento de la influencia turca: El fortalecimiento de Turquía en la región, a través del control del Corredor de Zangezur, desequilibra el poder regional en detrimento de Irán, consolidando la hegemonía de Ankara en el Cáucaso.

5. Riesgo para la soberanía e integridad territorial: El impulso del pan-turquismo y el resurgimiento del nacionalismo azerí podrían fomentar movimientos separatistas dentro de las provincias del noroeste de Irán, lo que representa una amenaza directa a la unidad nacional y la estabilidad interna.

6. Fortalecimiento de la presencia de la OTAN, Israel y Rusia: La creciente influencia de estas potencias en las fronteras norteñas de Irán incrementa la presión geopolítica y militar sobre Teherán, complicando su margen de maniobra estratégico.

Entre estas amenazas, el cambio geopolítico de las fronteras y la posible pérdida de la conexión terrestre con Armenia son las preocupaciones más apremiantes para Irán. En respuesta, Teherán ha adoptado medidas defensivas y diplomáticas, como la realización de ejercicios militares en las áreas fronterizas del noroeste y la activación de canales diplomáticos con Armenia y Rusia para persuadir a ambos países a oponerse al proyecto.

El Corredor de Zangezur no solo implica una reconfiguración de las rutas de tránsito y comercio, sino que simboliza un desafío estratégico integral para Irán, que percibe este desarrollo como un intento de sus rivales por remodelar la geopolítica regional en su contra.