Se ha confirmado que al menos 23 artistas han cancelado presentaciones hasta el jueves en el evento en rechazo a la decisión de la junta del Festival de Sídney de aceptar una donación de 20,000 de dólares de la embajada del régimen de Israel en Australia para realizar un espectáculo de danza.
El anuncio sobre la financiación israelí ha provocado una fuerte condena de varios artistas de alto perfil que estaban programados para participar en este evento que comenzará a finales de esta semana. Los artistas han acusado a los organizadores de asociarse con el régimen del “apartheid” israelí y no brindar “seguridad cultural” a los palestinos.
El comediante australiano Tom Ballard anunció su retiro en una publicación de Twitter el martes, afirmando: “Me encanta el Festival y me encanta contar chistes, pero defender los derechos humanos y oponerse al sistema de apartheid es más importante”. Pidió al festival que devolviera la financiación que recibió de la embajada israelí e instó a otros artistas a seguir su ejemplo.
A su vez, el cantante Marcus Whale, al informar su retirada el lunes, escribió en Twitter que la embajada israelí “colabora con las instituciones culturales occidentales para pintar a Israel como una democracia liberal por un lado mientras impone la brutal ocupación y el apartheid por el otro. No más.”
To clarify, yes, I am boycotting Sydney Festival 2022. The Israeli Embassy, a star sponsor of Sydfest 2022, collaborates with Western cultural institutions to paint Israel as a liberal democracy on one hand while enforcing brutal occupation and apartheid with the other. No more.
— Undead (@marcuswhale) January 2, 2022
Israel ha sido incluido como “socio estrella” del festival anual en reconocimiento a su financiación en apoyo de una actuación de baile llamada “Decadencia”, un espectáculo basado en un trabajo del coreógrafo israelí Ohad Naharin y la compañía de danza Batsheva de Tel Aviv.
El Movimiento por la Justicia Palestina de Sídney inicialmente llamó la atención sobre la financiación de la embajada israelí en diciembre, señalando que este acuerdo se alcanzó en mayo, cuando el régimen de Tel Aviv lanzó su última ofensiva militar contra la Franja de Gaza sitiada. En un comunicado, el movimiento pidió un boicot, acusando al festival de contribuir “a la normalización de un estado de apartheid”.
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