“No contemplo en absoluto una salida del euro de Grecia, creo que sería el peor escenario”, ha asegurado el ministro español de Economía, Luis de Guindos, en una rueda de prensa tras la Comisión Delegada de Asuntos Económicos convocada este lunes.
No contemplo en absoluto una salida del euro de Grecia, creo que sería el peor escenario”, asegura el ministro español de Economía, Luis de Guindos.
Luis de Guindos, el primer miembro del Gobierno español en reaccionar al resultado del referendo, también, ha defendido el derecho de Atenas a tener “un tercer programa de rescate”.
Al mostrar el “máximo respeto” a la consulta griega, ha indicado que las soluciones y las reglas de la eurozona siguen siendo las mismas y que todos siguen queriendo que Grecia siga en el euro.
Por otro lado, ha criticado los “errores” cometidos por la troika, es decir, el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea (CE) en la gestión de esta crisis financiera, al tiempo que ha llamado a Grecia a hacer nuevas reformas económicas para beneficiarse de un nuevo plan de rescate europeo.
El titular asimismo ha afirmado que mañana tendrá lugar una reunión del Eurogrupo en la que se esperan las nuevas propuestas de Grecia.
En el referendo realizado el domingo, un 61,31 % de los votantes griegos se manifestaron en contra de las exigencias de un régimen de austeridad de la troika, siguiendo la opción del primer ministro, Alexis Tsipras, frente al 38,69 % que optó por el 'sí'.

Por su parte, Juan Carlos I, exrey español, ha instado a los Gobiernos europeos a tomar una decisión respecto a estos resultados que se trata, a su juicio, de “una cuestión muy difícil” para Europa.
El Gobierno de Madrid siempre ha advertido de que la salida de Grecia de la eurozona "no sería bueno" para Europa.
Además, si Grecia abandona el bloque europeo, España e Italia, según el ministro griego de Defensa, Panos Kammenos, "serían las próximas".
Grecia negocia desde finales del pasado febrero con los acreedores para recibir una nueva ayuda de 7200 millones de euros, pero la petición de reformas económicas por parte de los acreedores y demás países de la zona euro ha obstaculizado que las partes alcancen un pacto integral.
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