En la primera reacción expresada este martes desde Ankara, el portavoz del Gobierno turco, Numan Kurtulmuş, ha criticado la “medida errónea” de la Casa Blanca y ha comentado que esa decisión tiene a sus espaldas un largo historial de islamofobia y xenofobia.
“Creo que el aumento de islamofobia, xenofobia y sensaciones anti-inmigración han contribuido mucho a esa decisión. Adoptar semejante decisión en un país como Estados Unidos es muy ofensivo”, ha indicado Kurtulmuş en una entrevista concedida este martes al diario local Habertürk.
Creo que el aumento de islamofobia, xenofobia y sensaciones anti-inmigración han contribuido mucho a esa decisión. Adoptar semejante decisión en un país como Estados Unidos es muy ofensivo”, indica el portavoz del Gobierno turco, Numan Kurtulmuş.
Ha señalado también que se trata de Estados Unidos, donde diferentes grupos étnicos y religiosos han podido convivir durante décadas. "No es correcto (...) es discriminatorio”, recalca Kurtulmuş.
Tras expresar su esperanza de que se revoque el decreto, Kurtulmuş ha opinado que no se puede considerar “malos” a los individuos de un país específico bajo cualquier razón, tampoco se puede garantizar así la seguridad de una nación. A su juicio, la única vía será crear una red antiterrorista a nivel global.
No obstante, adelanta el funcionario turco, por el momento solo dos frentes están trabajando en paralelo: islamofobia y xenofobia, además de los grupos terroristas como EIIL (Daesh, en árabe) y los “cerebros escondidos” que controlan ambos.
A su criterio, los casos en cuestión, al tergiversar la cara del Islam, están envenenando la vida de 1.7 mil millones de musulmanes en el mundo.
La polémica decisión del magnate republicano ha provocado las críticas de las Naciones Unidas, Francia y Alemania, que se encuentran entre las naciones que consideran “peligroso” y “mezquino” el decreto.
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