• Camiones y tractores bloquean la autopista A16, un importante eje utilizado por los transportistas europeos para llegar al Reino Unido a través del puerto de Calais o del túnel de la Mancha, 5 de septiembre de 2016.
Publicada: lunes, 5 de septiembre de 2016 13:27

Unos 200 tractores y 70 camiones han bloqueado las principales rutas de la ciudad francesa de Calais para pedir el cierre del mayor campo de refugiados del país.

La doble protesta de transportistas y de agricultores franceses ha iniciado este lunes para obligar a las autoridades a desmantelar lo antes posible el campamento de inmigrantes llamado la 'jungla' de Calais (norte).

En paralelo, al menos 500 personas han participado en la movilización y han formado una cadena humana en el principal estadio de esa ciudad portuaria. El grueso del grupo lo componen comerciantes y empleados que portaban pancartas con eslóganes como "El Gobierno tiene que declarar Calais en estado catastrófico".

No tenemos respuestas (de las autoridades), así que tenemos que bloquear las cosas", ha indicado Frédéric Van Gansbeke, portavoz del colectivo de empresas y comercios de Calais (norte de Francia).

"No tenemos respuestas (de las autoridades), así que tenemos que bloquear las cosas", ha indicado Frédéric Van Gansbeke, portavoz del colectivo de empresas y comercios de Calais.

Varios cientos de personas protestan en la ciudad de Calais (norte) para exigir el cierre de la 'jungla', el mayor campo de refugiados de Francia, 5 de septiembre de 2016.

 

Por su parte, Richard Burnett, director ejecutivo de la Asociación de Transporte de Mercancías por Carretera (RHA, por sus siglas en inglés), ha advertido de que si este bloqueo llega al puerto también causará “implicaciones” en el suelo británico.

Esta protesta se produce a pesar de que el ministro galo del Interior, Bernard Cazeneuve, anunció hace unos días el desmantelamiento de la zona norte del campamento.

A finales del pasado mes de febrero, la Administración francesa empezó la evacuación de la zona sur de la 'jungla' de Calais, donde, según las autoridades locales, viven 6900 migrantes a la espera de poder dirigirse a Reino Unido. Las asociaciones, sin embargo, hablan de 9000 personas.

Este acto, cuya realización había autorizado la Justicia francesa, chocó con la inconsecuencia de los agentes policiales que con actos violentos obligaron a los refugiados a salir de sus tiendas; algo que provocó el rechazo de varias organizaciones pro derechos humanos.

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