Dos aplanadoras y los empleados de una empresa privada contratada por el Estado francés se encargaban de desmontar unas veinte chabolas.
Entre tanto, varios inmigrantes venían a recuperar sus enseres personales o balones de gas para instalarse un poco más lejos en la "jungla".
Más de 30 vehículos de la Policía y dos camiones de las unidades antidisturbios estaban desplegados en la entrada oeste del campamento. Los policías tenían oficialmente por misión garantizar la "seguridad" de los equipos sociales encargados de proponer soluciones de albergue a los inmigrantes, han indicado las autoridades.
Durante la operación, fue detenida una militante británica del movimiento altermundialista No Borders, han revelado fuentes policiales.
El Gobierno quiere desmantelar la "jungla", inmensa villa miseria en la que viven entre 3700 y 7000 personas, según las fuentes. El jueves, la justicia, a la que habían recurrido inmigrantes y asociaciones, autorizó la evacuación, pero el Gobierno aseguró que no recurría a la fuerza.

Los refugiados instalados en la "jungla", procedentes en su mayoría de Siria, Afganistán y Sudán, quieren pasar al Reino Unido y muchos tratan de hacerlo subiendo clandestinamente a los camiones que circulan entre los dos países a través de los ferris o del túnel del Canal de la Mancha.
El anuncio de la autorización de su desmantelamiento parcial llevó a la vecina Bélgica a restablecer los controles de frontera para evitar que se instalen en su territorio migrantes procedentes de Calais.
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