• El viceprimer ministro turco, Nurettin Canikli.
Publicada: domingo, 26 de junio de 2016 17:24

Turquía critica al papa Francisco por su denuncia pública al genocidio armenio, asegurando que el pontífice todavía tiene ‘huellas de mentalidad cruzada’.

"Antes que nada, es una lástima que el Papa haya hecho tales observaciones", ha declarado este domingo el viceprimer ministro turco, Nurettin Canikli, en declaraciones a la prensa, y ha sostenido que las declaraciones del pontífice "no tienen ninguna relación con la verdad histórica".

"Antes que nada, es una lástima que el Papa haya hecho tales observaciones", ha declarado este domingo el viceprimer ministro turco, Nurettin Canikli.

El funcionario turco ha añadido que las actividades del Papa todavía tienen huellas de la mentalidad cruzada, y sus comentarios no son imparciales, así como no tienen ninguna relación con la realidad.

Todo esto se produjo después de que el viernes el papa en el primer día de su visita a Armenia ante el presidente armenio, Serge Sarkissian, y la clase política armenia aseguró que: "Esta tragedia, este genocidio marcó desafortunadamente el principio de la triste serie de las inmensas catástrofes del siglo pasado". El término genocidio no estaba incluido en el discurso original y fue improvisado por el líder católico.

El papa Francisco ofrece un discurso en el complejo monástico de Echmiadzín, fuera de Ereván, capital armenia, 24 de junio de 2016.

 

Un día después, la mañana del sábado, el Papa visitó el memorial del genocidio armenio y clamó porque nunca más se vuelva a repetir una tragedia como esa, en la frase que escribió en el libro de honor del lugar.

Así el pontífice argentino reiteró como el año anterior que se trató del “primer genocidio del siglo XX” perpetrado por los otomanos durante la primera Guerra Mundial (1914–1919).

El pasado 23 de abril, miles de personas salieron a las calles de Ereván para conmemorar el 101º aniversario de la matanza de armenios, que fue reconocida como “genocidio” por el Parlamento de Alemania y por el presidente de Rusia, Vladimir Putin, entre otros.

No obstante, el Estado de Turquía, sucesor del imperio otomano, sostiene que las matanzas no obedecieron a un plan de exterminio sistemático de la población armenia, sino a enfrentamientos que califica de “guerra civil”, agravados por hambrunas, que acabaron con la vida de varios cientos de miles de armenios y de turcos étnicos.

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