Nicaragua inauguró el domingo las sesiones de su nueva Asamblea Nacional (Parlamento), de mayoría oficialista, en una sesión previa a la investidura del presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo, reelectos en los comicios del 7 de noviembre.
La presidenta del Consejo Supremo Electoral (CSE), Brenda Rocha, juramentó a los 91 diputados, de los cuales 75 pertenecen al gobernante Frente Sandinista y 16 a partidos derechistas, que integrarán la Asamblea para los próximos cinco años.
Al frente de la Junta directiva legislativa de siete miembros fue reelecto el diputado sandinista Gustavo Porras, como presidente del Parlamento.
El diputado prometió trabajar en favor de la independencia definitiva del país, rechazando cualquier tipo de injerencia extranjera en Nicaragua, en clara alusión a Estados Unidos y la Unión Europea (UE), críticos de las últimas elecciones presidenciales nicaragüenses, en las que Ortega logró un cuarto mandato consecutivo y será investido este lunes.
“Vamos a continuar trabajando en favor de la paz, de la independencia definitiva de nuestro país, independencia en todos los sentidos”, explicó Porras.
El pasado 7 de noviembre, los nicaragüenses acudieron a las urnas para elegir a su nuevo mandatario para los próximos cinco años. Esto, mientras que las presiones de los países como EE.UU., y las campañas de difamación contra el presidente Ortega iban aumentando desde que se postulara para la reelección.
Luego de su triunfo electoral, Ortega llamó a mantener la unidad ante la injerencia de gobiernos neoliberales. El mandatario condenó las acciones de aquellos “países que se creen los dueños del mundo” y ratificó la condición antimperialista de Nicaragua.
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