La remoción del monumento, según la Secretaría de Gobierno de Ciudad de México (Secgob), tenía como objetivo restaurar “de manera profunda” la efigie, situada en la turística Avenida Paseo de la Reforma de la capital mexicana.
Sin embargo, la medida se ha realizado dos días antes de que se cumpla el aniversario 528 en que el navegante Cristóbal Colón descubrió América y, en medio de mensajes de colectivos que habían convocado en redes sociales a la marcha “Lo Vamos a Derribar” para el 12 de octubre en la plaza donde estaba la estatua, ligada a la conquista, el colonialismo y la esclavitud.
Además de que, desde julio pasado, ha estado circulando una petición en la página web Change.org para exigir al Gobierno de la Ciudad de México que retirase todos los monumentos similares.
“Asumimos como acto soberano el derribo de monumentos execrables y como homenaje a los millones de indígenas y afrodescendientes masacrados, nuestros ancestros. Honramos su memoria y su lucha. Desmaterializamos las versiones únicas de la historia”, indica el movimiento en un manifiesto.
El gobierno de @lopezobrador_ espera una disculpa que no llegará (y quizás no tiene sentido), es mejor reivindicar el sitio, darle un sentido diferente #LoVamosADerribar pic.twitter.com/EuUC7GQlpH
— Jorge Verástegui González (@JorgeVerastegui) October 10, 2020
El retiro de la estatua de Colón coincide con el día en que Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se ha reunido con el papa Francisco en el Vaticano para entregarle una carta en la que México pide a la Iglesia católica que ofrezca disculpas a los pueblos originarios de América por “atrocidades” cometidas durante la conquista.
Cabe recordar que, hace unos meses, en medio de la ola de protestas contra el racismo en Estados Unidos, fueron derribados varios monumentos y estatuas de colonizadores y esclavistas del país norteamericano.
En tanto, el presidente estadounidense, Donald Trump, describió a Colón y otras figuras históricas como los verdaderos “héroes” de la nación estadounidense y firmó una orden ejecutiva que impone el encarcelamiento para las personas que atenten contra monumentos de esclavistas.
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