• Varios migrantes en el frontera de Río Grande rumbo a EE.UU., 2 de julio de 2019. (Foto: AFP)
Publicada: miércoles, 3 de julio de 2019 23:27
Actualizada: jueves, 4 de julio de 2019 0:28

La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) criticó la inseguridad que reina en Nuevo Laredo (México) y afirmó que no es lugar para acoger a los migrantes.

“MSF condena enérgicamente esta decisión y alerta de los peligros que enfrentarían los solicitantes de asilo en Estados Unidos al ser devueltos a esta ciudad fronteriza mientras sus solicitudes son procesadas”, aseguró el miércoles la ONG.

En esta línea, María Hernández, del equipo de coordinación de MSF, consideró que “devolver a las personas que buscan asilo y obligarlas a permanecer en la ciudad (norteña) de Nuevo Laredo, que se sitúa en Tamaulipas, es una política inhumana”.

Asimismo, en alusión a que los migrantes se enfrentan de forma constante a robos, violaciones, secuestros y homicidios, advirtió que devolver a los migrantes se traduce en ponerlos a merced del crimen organizado, “donde ser migrante equivale a ser una mercancía”.

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MSF (la organización Médicos Sin Fronteras ) condena enérgicamente esta decisión y alerta de los peligros que enfrentarían los solicitantes de asilo en Estados Unidos al ser devueltos a esta ciudad fronteriza mientras sus solicitudes son procesadas”, aseguró la ONG.

“México no se puede considerar un país seguro para quienes huyen de la violencia”, dijo Hernández, revelando que las organizaciones criminales identifican a los migrantes en cuanto llegan a Nuevo Laredo, les capturan en las terminales de autobuses y les llevan a “casas de seguridad, donde son retenidos para ser extorsionados, golpeados o violados”.

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Según MSF, el 45 % de los pacientes atendidos de enero a mayo de este año en curso en Nuevo Laredo fue objeto de un acto violento mientras se hallaba a la espera de que se resolviera su expediente de asilo en EE.UU.

A raíz del pacto rubricado en el mes de junio entre EE.UU. y México, este último se comprometió a reducir el tráfico de los migrantes sin convertirse en un tercer país seguro. La meta principal del pacto fue frenar la imposición de aranceles a las exportaciones mexicanas, medida que estaba previsto que entrara en vigor el 10 de junio y con la que el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazaba al Ejecutivo mexicano si no tomaba medidas para contener el flujo migratorio.

Como consecuencia de este convenio, México desplegó miles de soldados y policías en su frontera norte para cumplir su compromiso con el Gobierno de EE.UU. y detener la migración ilegal, además de acceder a acoger a los migrantes centroamericanos hasta que se resuelvan sus procesos de asilo en EE.UU.

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