• El mariscal libio Jalifa Haftar llega a París para asistir a una reunión sobre la paz en su país, julio de 2017.
Publicada: viernes, 19 de abril de 2019 2:17

El gobierno de Libia asentado en Trípoli acusa a Francia de respaldar al mariscal de campo Jalifa Haftar y decide cortar su cooperación con Paris.

“Se detiene la cooperación con la parte francesa sobre los acuerdos bilaterales en esfera de seguridad”, se lee en el comunicado publicado el jueves por el Ministerio del Interior del Gobierno de Acuerdo Nacional (GAN) libio, reconocido internacionalmente. Según el Ministerio, se trata, en particular, de los acuerdos sobre las maniobras conjuntas.

Por su parte, París desmintió las acusaciones al reiterar su apoyo al gobierno con sede en Trípoli. “Como hemos dicho en muchas ocasiones, Francia apoya al gobierno legítimo del primer ministro (Fayez) Serraj y la mediación de las Naciones Unidas para una solución política inclusiva en Libia”, señalaron fuentes del Elíseo.

El 3 de abril, el autoproclamado Ejército Nacional Libio (ENL) —apoyado por Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos— que dirige Haftar, lanzó una operación para expulsar a los “terroristas” del oeste de Libia, donde se encuentra Trípoli, e inició su avance hacia la capital.

Se detiene la cooperación con la parte francesa sobre los acuerdos bilaterales en esfera de seguridad”, se lee en el comunicado publicado por el Ministerio del Interior del Gobierno de Acuerdo Nacional (GAN) libio.

 

A su vez, el gobierno de unidad lanzó una operación para contrarrestar los avances de las fuerzas del mariscal de campo hacia la capital. La comunidad internacional ha condenado la ofensiva de Haftar, leal al ejecutivo con sede en Tobruk y ha pedido el cese al fuego.

El mismo jueves, el fiscal del GAN emitió la orden de detención contra el mariscal y seis de sus oficiales acusados de los recientes ataques aéreos contra instalaciones y barrios civiles en Trípoli.

A pesar de los acuerdos de paz firmados en Marruecos en diciembre de 2015, Libia está sumergida en el caos y la violencia desde 2011, cuando una intervención militar de la OTAN propició el derrocamiento y asesinato de Muamar Gadafi.

En la nación petrolera del norte de África continúan las pugnas por el poder y el accionar de milicias, entre ellas grupos considerados terroristas, mientras aumenta la criminalidad y el tráfico de personas y armas.

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