La Administración del primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha anunciado este sábado que reanudará sus obras en colaboración con EE.UU. en la bahía de Henoko (al norte de Okinawa). Recordemos que el premier y el gobernador de Okinawa, Takeshi Onaga, no consiguieran acercar sus posturas tras reunirse.
A inicios del mes pasado de agosto, Japón suspendió la reubicación planificada de la base de Futenma, Estación Aérea del Cuerpo de Marines (MCAS, por sus siglas en inglés), durante un mes para suavizar las tensiones con los opositores locales y dialogar con Onaga.
Esta decisión se produce mientras la zona es escenario de movilizaciones de centenares de residentes locales en protesta contra las nuevas instalaciones militares.

El Gobierno nipón, por su parte, defiende la necesidad de trasladar las instalaciones a la bahía de Henoko, en la la localidad de Nago -una zona menos poblada que donde se encuentra actualmente la base de Futenma- con el fin de reducir su impacto sobre la población local.
Por su parte, el gobernador de Okinawa ha anunciado que el lunes aprobará un mandato para retirar el permiso de construcción de la nueva base, según recoge la agencia nipona Kyodo.
Los planes de construcción para la reubicación de la base militar, desde la ciudad okinawense de Ginowan a la zona costera y menos poblada de Henoko, han provocado enfrentamientos intermitentes por las preocupaciones ambientales y la oposición a la presencia militar estadounidense en Japón.
Onaga es un firme opositor de este plan de reubicación, y en julio se comprometió a desafiar el plan del Gobierno central nipón obviando el compromiso de su predecesor Hirokazu Nakaima de ceder tierras para facilitar el traslado de la base aérea Futenma.
Los habitantes denuncian también que la presencia de los militares norteamericanos ha aumentado los casos de criminalidad, entre ellos los delitos sexuales. De hecho, varios infantes de la Marina estadounidense todavía no han sido llevados ante la justicia por dichos crímenes.
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