El ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, viajó este lunes a Trípoli, capital de Libia, para abordar con las autoridades del país árabe el problema de la migración y proponer la creación de centros de migrantes en el sur del país norteafricano.
La idea, al parecer, no le ha gustado a Libia, ya que su viceprimer ministro, Ahmed Maitig, rechazó categóricamente la presencia de campos para migrantes en su país porque no solo no lo aceptan los libios, sino que está prohibido por la legislación.
Salvini aprovechó, además, su visita a Trípoli para reafirmar la amistad italiana y el compromiso del nuevo Gobierno de coalición con el desarrollo de Libia.
Por su parte, la alta representante de la Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, señaló desde Luxemburgo que el trabajo externo de la UE para gestionar la crisis migratoria de los últimos dos años ha sido exitoso, no obstante, subrayó que esta labor requiere de recursos.
La visita de Salvini a Libia se produce mientras 300 personas esperan desde hace días en el Mediterráneo central una autorización para desembarca en un puerto.
La Guardia Costera italiana mandó el sábado un comunicado a los barcos de las oenegés advirtiéndoles de que no se ocuparán más de coordinar los rescates de las embarcaciones que se encuentren cerca de Libia.
mhn/ctl/mkh
