Fueron esas lluvias las que desbordaron los ríos y generaron inundaciones de grandes proporciones.
Los ríos se apoderaron de las carreteras, calles, y de colonias enteras. Las aguas se tragaron y arrasaron con todo lo que encontraban a su paso. Las casas se distinguían solo por sus techos, y arriba de ellos cientos de hondureños que lograron sobrevivir.
La lima, Villanueva, Choloma entre otros municipios se inundaron en su totalidad. El Gobierno de Hernández no anticipo a la población la llegada del fenómeno natural ni de la elevación de los causes de los ríos.
Según estadísticas oficiales, 1 800 000 personas fueron las afectadas por las inundaciones, con 57 muertes confirmadas hasta el momento. Pero esas cifras pueden ir en aumento porque aun no bajan los niveles de agua en muchas comunidades.
Juan Orlando Hernández vio en esta nueva crisis una ventana para genera corrupción, además de colocar al frente del Comité Permanente de Contingencias (COPECO) a un cantante de regueton sin capacidad alguna para manejar esta crisis.
La población respondió más rápido que las autoridades, personas prestaron y utilizaron sus lanchas, motos acuáticas o canoas para rescatar a sus vecinos. Hernández ha sido señalado como el gran culpable de la catástrofe.
Equipos de rescate esperan que al iniciar los procesos de limpieza y habilitación de las calles de las comunidades, empiecen a encontrar más cuerpos de las víctimas.
Dassaev Aguilar, Tegucigalpa.
mag/rba