El mandatario guatemalteco, Alejandro Giammattei, desde su discurso de toma de posesión anticipó impulsar leyes para tipificar a las pandillas en Guatemala como “grupos terroristas”.
Aunque un grueso de la población asediado por las extorsiones a comercios y empresarios, los asesinatos a pilotos del transporte público y otra serie de delitos apoya una iniciativa de esta naturaleza.
Los expertos advierten sobre los peligros de la ambigüedad de un tema tan delicado. Tipificar a los pandilleros como “terroristas” podría involucrar de manera penal incluso a las víctimas.
La falta de oportunidades y desamparo del Estado hacia una juventud que no encuentra vías para superarse generan un caldo de cultivo que los empuja a integrarse a las pandillas, una decisión que aún sin cometer delitos los podría condenar a la cárcel mediante esta ley.
En Guatemala no se tiene certeza de cuantos jóvenes pertenecen a pandillas, quienes guardan prisión ni a cuál de las dos maras que dominan el territorio pertenecen, pues con la persecución han cambiado sus formas de camuflarse ante el ojo público, muchos ya no se tatúan por ejemplo e incluso se integran a filas de la Policía o el Ejército.
En consonancia de la “ley antipandillas”, el presidente Giammattei también impulsa una iniciativa que exime de responsabilidad penal a los policías que disparen en defensa propia contra cualquier persona que consideren una amenaza a su vida.
Miguel Salay, Ciudad de Guatemala.
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