• Papa Francisco lamenta apatía ante plaga de niños refugiados
Publicada: domingo, 25 de diciembre de 2016 2:49

El papa Francisco critica el consumismo, la banalidad así como la indiferencia frente a la ‘plaga’ del aborto, niños soldados o menores refugiados.

En su homilía en la Misa del Gallo, celebrada el sábado, en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, el papa deploró que "las luces del comercio arrinconan en la sombra la luz de Dios". "Cuando nos afanamos por los regalos y permanecemos insensibles ante quienes están marginados", denunció.

Al respecto, advirtió contra la indiferencia ante los dramas humanos que asolan el mundo y lamentó la situación en la que viven los niños soldados o los niños refugiados que escapan de las guerras en sus países.

La Navidad tiene sobre todo un sabor de esperanza porque, a pesar de nuestras tinieblas, la luz de Dios resplandece", destacó el papa Francisco durante la Misa del Gallo en la Basílica de San Pedro.

Pidió a las 10 mil personas presentes en la Misa de Nochebuena que escuchen a "los niños que, hoy, no están recostados en una cuna ni acariciados por el afecto de una madre ni de un padre, sino que yacen en los escuálidos pesebres donde se devora su dignidad: en el refugio subterráneo para escapar de los bombardeos, sobre las aceras de una gran ciudad, en el fondo de una barcaza repleta de emigrantes".

De acuerdo con datos confirmados por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), una cifra récord de 5000 refugiados se han ahogado en las aguas del mar Mediterráneo en el año 2016.

ACNUR advierte, además, de la posibilidad de que se registre un aumento alarmante en la cifra de las muertes. Las causas son múltiples, desde el uso de embarcaciones de pésima calidad y el mal tiempo, hasta las tácticas empleadas por los traficantes para evitar ser detectados.

 

El pontífice, además subrayó que la Navidad "lleva consigo un sabor de tristeza, porque el amor no ha sido acogido, la vida es descartada" y puso el ejemplo de "José y a María, que encontraron las puertas cerradas y pusieron a Jesús en un pesebre, porque no encontraron sitio en la posada".

Por otra parte, destacó que "la Navidad tiene sobre todo un sabor de esperanza porque, a pesar de nuestras tinieblas, la luz de Dios resplandece".

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