El director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), Rafael Grossi, afirmó el lunes en una entrevista con la agencia italiana de noticias ANSA que el acuerdo nuclear de 2015 con Irán ya no es relevante y que la República Islámica está enriqueciendo uranio a grado militar y se está acercando rápidamente a la “posición de un Estado nuclear”.
El vicecanciller para Asuntos Jurídicos e Internacionales de Irán, Kazem Qaribabadi, reaccionó el martes en una publicación en su cuenta de X a las afirmaciones de Grossi, diciendo que el programa nuclear iraní tiene fines civiles y que su desarrollo está en línea con las necesidades técnicas del país.
“Primero, se espera que el director general de una organización especializada hable basándose en hechos e informes técnicos de los inspectores de la Agencia. Leer las intenciones basadas en escenarios hipotéticos no es parte de los deberes del director general y es contrario a la letra y el espíritu del estatuto de la Agencia”, sostuvo Qaribabadi.
Detalló que “en segundo lugar, el desarrollo del programa nuclear de Irán se ajusta a las necesidades técnicas y se lleva a cabo bajo la supervisión de las garantías de seguridad de la Agencia”.
“En tercer lugar, el respeto a las decisiones y políticas de los países en el uso pacífico de la energía nuclear, incluido el ciclo del combustible [enriquecimiento], está reconocido en los documentos internacionales pertinentes, y estas declaraciones del director general, que están teñidas de un matiz político, no pueden ignorar estos hechos”, afirmó.
En cuanto al enriquecimiento de uranio, dijo que su nivel “no está restringido en virtud del Tratado de No Proliferación [TNP] nuclear siempre que esté bajo la supervisión del Organismo y no se desvíe de los fines pacíficos”, haciendo hincapié en que no hay desviación alguna en el programa de enriquecimiento de uranio de Irán hacia fines militares.
Qaribabadi señaló que las declaraciones de Grossi constituyen “una clara violación de los derechos de los países al crear un umbral artificial en el nivel de enriquecimiento para fines pacíficos”, y profundizan “otras discriminaciones en el régimen de no proliferación”.
El diplomático persa denunció que Grossi no mencionara “la causa fundamental de la situación actual, que fue el incumplimiento por parte de las otras partes de sus obligaciones en virtud del JCPOA [siglas en inglés del Plan Integral de Acción Conjunta o el nombre oficial del acuerdo nuclear de 2015] y la retirada unilateral de Estados Unidos del mismo”.
Conforme al responsable iraní, “no mencionar esta cuestión de manera sesgada socava la confianza de la comunidad internacional en las instituciones de las Naciones Unidas a la hora de explicar correctamente los hechos por parte de las más altas autoridades pertinentes”.
Enfatizó que independientemente de si el JCPOA es relevante o no, “las conversaciones constructivas y justas basadas en el respeto mutuo y los compromisos equilibrados, incluso en el ámbito del levantamiento de las sanciones, serán una solución sostenible”.
En 2015, Irán demostró al mundo la naturaleza pacífica de su programa nuclear al firmar el acuerdo nuclear multilateral, formalmente conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto, con seis potencias mundiales. Sin embargo, la retirada unilateral de Washington en 2018 y su posterior reimposición de sanciones contra Teherán dejaron el futuro del acuerdo en el limbo.
En 2019, Irán comenzó a reducir los límites que había aceptado en virtud del acuerdo, después de que las otras partes no cumplieran con sus compromisos. Sin embargo, Teherán dijo estar dispuesto a revertir los pasos dados, si las otras partes también cumplen con sus obligaciones.
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