El representante permanente de Irán ante las organizaciones internacionales asentadas en Viena, Kazem Qaribabadi, ha aprovechado su intervención este miércoles en una reunión trimestral de la Junta de Gobernadores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) para expresar la postura de Teherán hacia las conversaciones destinadas a resucitar el pacto de 2015, que saltó por los aires cuando la anterior Administración estadounidense decidió sacar a su país y restablecer las sanciones contra la nación persa.
El diplomático ha dejado en claro que el nuevo Gobierno iraní, presidido por Ebrahim Raisi, apoya solo unas negociaciones que tengan resultados tangibles y “garanticen la eliminación efectiva y verificable de todas las sanciones”. Teherán, agrega, quiere garantías de que Estados Unidos no volverá a violar el acuerdo nuclear y no abusará de los mecanismos del pacto.
Sin embargo, Qaribabadi ha cuestionado la determinación de la Casa Blanca para eliminar los embargos contra Teherán y reintegrar a EE.UU. al acuerdo —de nombre oficial Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés)—.
“Aún no se ha observado si el actual Gobierno estadounidense tiene la suficiente voluntad o está dispuesto a dejar su adicción al uso de las medidas coercitivas unilaterales, respetar el derecho internacional y cumplir sus compromisos en lo que respecta al cese de las sanciones de manera completa y efectiva”, ha señalado.
Conforme al representante persa, “resulta muy importante que EE.UU. deje de violar, sin demora y precondiciones algunas, sus compromisos en virtud del acuerdo nuclear y la resolución 2231 del Consejo de Seguridad [de las Naciones Unidas]”.
Ha recordado que fue EE.UU., bajo la Administración del expresidente Donald Trump, el que optó por torpedear el PIAC, volviendo a imponer las sanciones “para afectar directa y negativamente la normalización de las relaciones comerciales y económicas con Irán”.
Qaribabadi ha defendido el derecho de Irán a suspender algunos de sus compromisos adquiridos en virtud del PIAC como una respuesta a la falta de acción del trío europeo —el Reino Unido, Alemania y Francia— ante la violación flagrante del acuerdo por parte de EE.UU.
Troika europea intenta sustituir a la víctima con el delincuente
Ha fustigado el doble rasero de los firmantes europeos del pacto que critican a Irán por las medidas compensatorias que ha tomado desde 2019, mientras que cierran los ojos a la violación del PIAC por su aliado estadounidense. “Al parecer, [los europeos] pretenden sustituir a la víctima con el delincuente”, agrega.
“Es lamentable que los Estados europeos aún no estén dispuestos a condenar la retirada unilateral e ilegal de EE.UU. y la reimposición de las sanciones, que son la única causa de todos estos problemas, y a instar a Estados Unidos a que reanude la implementación de sus compromisos y levante los embargos a Teherán. Mientras que solicitan a Irán que cumpla sus compromisos en virtud del acuerdo”, ha denunciado.
Ha vuelto a enfatizar que “hasta que no se eliminen las sanciones contra Irán, nadie debería esperar más tolerancia de la República Islámica. Nuestras actividades nucleares, incluido el enriquecimiento de uranio a diferentes niveles y la producción de combustible de uranio de base metálica, son completamente pacíficas, en consonancia con nuestros derechos en virtud del Tratado de No Proliferación (TNP), y están bajo la supervisión y verificación de las salvaguardias de la Agencia”.
Ha aconsejado a los firmantes europeos del pacto que “abandonen el uso de chivos expiatorios y comiencen a rectificar su fracaso en la implementación de sus compromisos ante Irán”. Ha concluido dejando en claro que la República Islámica ha cumplido completamente, en los últimos 3 años, su parte del pacto, por lo que no le debe nada a nadie.
Irán y otros signatarios del PIAC han llevado a cabo desde abril seis rondas de diálogos en Viena en busca de salvar el acuerdo. EE.UU. participa en las pláticas de manera indirecta.
Sin embargo, los diálogos se han enfrentado a una pausa de tres meses tras las elecciones iraníes de junio que llevaron a Ebrahim Raisi a la Presidencia de la República Islámica.
El nuevo Gobierno de Irán reitera que reanudar los diálogos está en su agenda, pero no deben llevarse a cabo bajo la presión occidental, y precisa que Estados Unidos primero debe levantar todas las sanciones.
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